Querétaro, 26 de febrero. Los Gallos Blancos, que jugaron con nueve hombres desde el minuto 51, rescataron un empate heroico 1-1 ante un Cruz Azul que careció de recursos para aprovechar la diferencia numérica, en partido con mal arbitraje de Jorge Isaac Rojas, correspondiente a la fecha ocho.

El joven Isaac Acuña marcó gol, por segundo partido consecutivo, para abrir la cuenta a los siete minutos en favor de los Gallos, aunque los anfitriones se quedaron con nueve elementos por las tarjetas rojas directas para el uruguayo Raúl Ferro (13) y para Gabino Velasco (51). La Máquina sólo pudo emparejar cartones y se cansó de fallar ante el marco rival, bien custodiado por Jorge Díaz.

Cruz Azul igualó gracias al ex queretano Isaac Romo, a los 33 minutos, pero con el empate perdió la oportunidad de apoderarse del liderato del sector tres y de la tabla general, al sólo contabilizar 14 unidades.

En tanto, los plumíferos sacaron así un punto de oro para sumar ocho en el grupo tres, pero primordialmente en la tabla de cocientes por el no descenso, donde siguen penúltimos y con la presión fuerte del Necaxa, que ganó el viernes.

El gol de Acuña fue un trallazo sorpresivo desde fuera del área, la pelota entró pegada al poste ante la inútil reacción del guardameta José de Jesús Corona. Enseguida, los Cementeros se volcaron al ataque, y ocurrió la expulsión de Ferro, quien dio un planchazo a Gonzalo Pineda.

El técnico Cristian Matosas buscó ajustar líneas y sacó a Acuña e ingresó a Gabino Velasco en afán defensivo; sin embargo, algunos minutos después éste también recibió cartón rojo. Antes ocurrió la anotación celeste, cuando Isaac Romo recibió gran servicio de César Villaluz y de zurda hizo el 1-1.

El portero Díaz se batió en gran forma para atajar un tiro de Emanuel Villa, y vigiló atento los envíos de Villaluz y Marcelo Palau, así como un cañonazo del Christian Giménez que se fue por encima.

Ya desesperado, el timonel visitante Enrique Ojitos Meza metió al delantero Javier Chuletita Orozco y sacó al defensa Julio César Domínguez, pero la zaga local se convirtió en una infranqueable fortaleza, inspirada en el buen accionar de su portero, quien de último minuto rechazó un envío de Orozco.