El argentino Diego Cocca fue el elegido para suceder en la dirección técnica del Santos Laguna a Rubén Omar Romano y podría ser presentado este martes en Torreón.

Ayer, el equipo llegó a la ciudad de México para enfrentar hoy a Cruz Azul en los cuartos de final de la Concachampions, partido que será dirigido por el entrenador interino Eduardo Rergis. Varios jugadores confesaron estar dolidos por la forma en que se marchó un estratega que los llevó a dos finales y al que apreciaban más allá de la relación dentro de la cancha. Además, los santistas desfilaban con la incertidumbre de cambiar de timonel antes de un duelo importante.

Oswaldo Sánchez titubeaba al intentar responder sobre si los jugadores y técnicos deben soportar el asedio de la afición cuando las cosas no salen bien. Hizo un largo silencio y dijo que de ese tema prefiere no hablar.

La gente tiene derecho a expresarse, pero a veces le gusta meterse personalmente con uno y eso no se vale, expresó en el aeropuerto capitalino. “Todos nos hemos enfrascado alguna vez con la afición, es normal… a veces caes y te enganchas”, recordó.

No fue por otra cosa que se va Romano –atajó Oswaldo–, alejando las versiones de que la reacción visceral contra los aficionados no era sino un pretexto para despedir a un técnico que ya arrastraba problemas con la directiva. Lo cesaron y 24 horas más tarde designaron a Cocca.

–¿Fue muy rápido el relevo?

–El futbol es así, rápido. Y como en el teatro y en la vida, en el futbol también la función debe continuar.

Admitió que le dolía la salida de Romano, un caballero que se despidió antes de partir. Lo que me da tristeza es que no pudimos concretar un campeonato que Rubén se merecía.

Para el mediocampista Fernando Arce la noticia del cese fue un golpe inesperado, porque, desde su perspectiva, el equipo estaba en buen camino. Está claro que no es por resultados.

En el torneo mexicano, Santos ocupa el cuarto puesto del grupo uno. La caída ante Gallos fue un mal resultado, pero por eso no podemos juzgar a nadie. Sin menospreciar al Querétaro, un 2-0 se oye extraño y a la gente le dolió perder.

Arce aceptó que en ocasiones la afición no tolera lo que ocurre en la cancha. Es difícil. A veces, consideró, no hay que escuchar lo que dice la gente.