Lunes 21 de febrero de 2011, p. 16
En los pasados tres años se ha agravado en México el delito de robo de identidad, el cual deja pérdidas anuales por casi 9 millones de dólares, aseveró la especialista del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Tábata Jéssica Pérez Ramírez, quien expresó que el problema también afecta a instituciones públicas y privadas.
El robo de identidad es el delito con más rápido crecimiento en el mundo, porque es muy fácil abrir una cuenta en Internet y decir que es alguien que realmente no es. Se pueden crear muchos perfiles falsos. Por ello debemos tener cuidado con los datos que están en la red y que cualquiera puede consultar
, subrayó la experta en el área de tecnología en implementación de seguridad biométrica.
Ese tipo de fraudes se pueden llevar a cabo mediante correos falsos, procesos que se realizan en la banca en línea, venta de bases de datos o a través de ataques de personas especializadas en esa actividad. Pese a ello, agregó, en México no existe una legislación específica en la materia y es muy importante tener conciencia al respecto, porque es muy fácil compartir datos en redes sociales y desconocer el uso que otros pueden dar a nuestra información.
Mucho riesgo
Al participar con la conferencia Robo de identidad, en el ciclo de seminarios de investigación de egresados distinguidos que se realiza en la Escuela Superior de Cómputo, enfatizó que mediante la red es muy fácil entrar a bancos de datos y poder llevar a cabo trámites con información de otra persona. Incluso, abundó, acceder a cuentas bancarias o realizar compras por montos elevados.
“El robo de identidad viene desde que prestamos nuestro nombre de usuario y contraseña. O alguien nos vio o simplemente decidió prestárselos a los demás, o porque un hacker hizo un ataque a un usuario o a una institución para poder tener acceso a cuentas”, comentó.
Es necesario instrumentar nuevas herramientas que ayuden a castigar severamente este delito para evitar daños o fraudes, principalmente en bancos e instituciones públicas.
Una buena alternativa es la seguridad biométrica, la cual consiste en la medición y análisis de información biológica, explicó la experta.
Lo anterior, destacó, se basa en el uso de sistemas de autentificación mediante lectura de huellas digitales, manos, patrones del iris del ojo, identificación de cara, reconocimiento de voz, ADN u ondas cerebrales.