José Iturriaga (1912-2011) es un hombre emblemático de la cultura y del pensamiento mexicanos y merece un gran homenaje que incluya un debate serio sobre su personalidad y su obra, señaló su discípulo y colega Porfirio Muñoz Ledo.

“Nosotros lo definimos como ‘mexicanólogo’. Todo lo mexicano le importaba: la sociedad, la economía, la política, la lengua, sus dialectos, sus refranes, sus movimientos históricos... Nadie más que él lanzó, a finales de los años 50, la idea de la recuperación del Centro Histórico y conocía cada monumento de la vieja ciudad de México.”

Se desarrolló en diversos oficios: minero y carpintero, por el tema de la orfandad. De ahí sacó un apego enorme a lo concreto como vía de reflexión, afirmó el legislador en entrevista con La Jornada.

Iturriaga, sociólogo, historiador, maestro y servidor público, trató de ser vínculo respetuoso y respetable entre la inteligencia y el poder. Nosotros tenemos una gran deuda con él. Es el México que se nos va, y esto es tanto más doloroso cuando entre las clases dirigentes de ahora se percibe tanta ignorancia y tanto entreguismo.

Recoger su obra

Fue un patriarca, reconoce Muñoz Ledo: protector de jóvenes. Los llamaba a discutir las ideas. No quería que se dispersara la inteligencia mexicana, sino que se concentrara en temas esencialmente nacionales.

Muñoz Ledo también pidió reconocer el trabajo del erudito: Iturriaga merece un gran homenaje bibliográfico y un gran homenaje político, pero sobre todo un debate serio sobre su personalidad y un conocimiento puntual de su obra. Es indispensable hacer a la brevedad posible, tal vez en el Fondo de Cultura Económica, una edición completa de las obras de Iturriaga, que van de los refranes populares a la cocina mexicana, de la política y economía comparadas hasta libros precursores sobre la sociología mexicana.

El ex embajador ve en Iturriaga a un intelectual innovador: Iturriaga escribió La estructura social y cultural de México, el primer libro verdadero de sociología de este país, hizo los estudios comparados más importantes entre la cultura mexicana y la estadunidense.

El liberalismo nacionalista mexicano fue el centro de su pensamiento, señala el ex embajador. Liberal con sentimiento universalista, era un hombre de convicción pero no jacobino, porque él buscaba la inteligencia sobre el fenómeno mexicano. Estaba más allá de los doctrinarios. Nunca utilizó su conocimiento de la historia de México con fines pragmáticos.

Muñoz Ledo resume los dos grandes aportes de Iturriaga: Su intento permanente por articular un ala progresista e intelectual dentro del antiguo régimen y tener como centro de gravedad de toda su reflexión el tema de México, desde la cultura, la historia, la gastronomía. Es decir, haber diseñado una vocación central que es la mexicanología, pero no hostil a otras, no bravera.

Hoy, en el Palacio de Bellas Artes se rendirá un homenaje de cuerpo presente a Iturriaga, a las 11 horas. Luego, a las 13 horas, en el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso, se le rendirá otro tributo.