arís. Un uso no virtuoso, opuesto al derrocamiento de dictadores, es el del rumor que siembra el odio racial al interior de una sociedad multicultural, como es actualmente la francesa. Por fortuna, en Francia existen también sitios desmontadores de rumores como es www.HoaxBuster.com, que se ha encargado de investigar y revelar la inexistencia de las fuentes de ciertos mensajes que, desde hace más o menos un año, alimentan la arabofobia entre los franceses.

Mensajes como el que circula en la red desde marzo de 2010, rubricado con un viva la Francoarabia musulmana y que reza: “Nosotros, argelinos y árabes que ya somos 9 millones en Francia, informamos a la población judeo-francesa que podemos llenar a sus mujeres y sodomizar a sus niños cuando queramos y haremos lo mismo con Le Pen (el líder de la extrema derecha) en la catedral de Notre Dame de París, que se volverá una de nuestras 779 mezquitas”, proliferan sobre todo a partir de la discusión sobre la identidad nacional, y aunque los analistas afirman que son caricaturas o parodias de un discurso islámico extremista parecen convencer al público en general entre más absurdas y groseras son.

Últimamente, el descubrimiento de ocho casos de jubilados franco-argelinos que habían muerto en Argelia y cuyos descendientes cobraban la pensión, reavivó los envíos de evidente intención antiárabe, como el de una pretendida asociación Paris-Beurs-Cité (París-árabes-suburbios) que el año pasado propuso eliminar todas las insignias de cruz verde luminosa que identifican a las farmacias de Francia, so pretexto de ser un signo religioso, como respuesta a la prohibición de la burka en las escuelas.

El trabajo de Hoax para combatir la desinformación xenofóbica no ha impedido, sin embargo, la reaparición en la red de videos cuya falsedad ya fue demostrada, como es el que muestra matrimonios pedófilos de integrantes del Hamas en Gaza.

Pues, se dice, “la arabofobia larvada brota en el clima actual”, es decir, en el de movimientos sociales masivos y triunfantes en países nordafricanos y de Medio Oriente.

Yuriria Iturriaga, corresponsal