Los servicios de ayudantía y seguridad para los cinco ex presidentes de la República cuestan al país 32.6 millones de pesos al año.

Con carga al erario, 166 personas, entre militares y civiles, sirven a cinco ex presidentes, desde Luis Echeverría hasta Vicente Fox. De los que forman parte del personal civil, 13 reciben honorarios por plazas de jefes y subdirectores de área, aun cuando ninguno tiene concluida una carrera profesional. Algunos apenas terminaron la secundaria, informó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Entre las irregularidades en los apoyos a los ex presidentes, se detectó que la viuda de José López Portillo, Sasha Montenegro, recibió en 2009 una pensión de 900 mil pesos, pero la Presidencia no retuvo el impuesto sobre la renta (ISR).

En los resultados de la auditoría financiera y de cumplimiento hecho a la Presidencia, la ASF informó que la viuda de López Portillo recibió una pensión equivalente a la mitad de las percepciones netas de un servidor público con cargo de secretario de Estado, sin que se le haya aplicado la retención por concepto de ISR, a diferencia de los cinco ex presidentes.

Hecha la observación, Los Pinos informó en un oficio del 8 de octubre de 2010 que se consultó con el Sistema de Administración Tributaria el trato fiscal que debía darse a la pensión de Montenegro. La respuesta fue que le es aplicable el ISR, y la Presidencia realizó un pago de 287 mil 600 pesos, pero para 2010 sí realizó la retención respectiva.

La auditoría informó que Echeverría tiene a su servicio 23 civiles y cuatro militares, con un costo anual de 3 millones 611 mil 200 pesos; Miguel de la Madrid, 23 civiles y 18 militares (7 millones 495 mil 500); Carlos Salinas, 14 civiles y 19 militares (7 millones 930 mil); Ernesto Zedillo, 11 civiles y 17 militares (4 millones 683 mil 500), y Fox, 20 civiles y 17 militares (8 millones 940 mil 600).

Al revisar los expedientes de los 91 civiles al servicio de los ex presidentes, la ASF encontró que en 13 casos las plazas no corresponden al grado de escolaridad.

En el caso de De la Madrid, tres jefes de departamento tienen secundaria y carrera técnica; en el de Salinas, tres jefes de departamento sólo cursaron secundaria, y cuatro subdirectores de área tienen bachillerato, secretariado ejecutivo y uno es pasante de ingeniero; con Zedillo, un subdirector de área sólo concluyó el bachillerato, y con Fox, un subdirector de área es pasante de relaciones industriales, mientras un jefe de departamento sólo terminó la secundaria.

Lo anterior se debe, concluyó la ASF, a que la Presidencia no cuenta con un perfil de puestos.