Luego de señalar que en México no existe un proyecto claro de nación que tenga el consenso de las fuerzas políticas y económicas, o de la sociedad civil, el rector de la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, señaló la urgencia de regresar a un Estado con vocación social. Y si esto  requiere una reforma hacendaria de fondo, hagámosla y pronto.

Al inaugurar anoche el ciclo de conferencias Instituciones sociales en el constitucionalismo contemporáneo, el rector lamentó que en el país muchas cosas no están funcionando como debieran. A muchos nos da la sensación de que viajamos en un barco a la deriva, que hemos extraviado el rumbo y que no sabemos con certeza a qué puerto queremos llegar.

En su intervención, donde presentó un análisis de la situación del país, en especial en el tema del acceso de la población a educación, salud y empleo, subrayó que el Estado mexicano ha hecho a un lado sus funciones tradicionales, especialmente las vinculadas con el desarrollo social, todo en aras de los equilibrios macroeconómico y fiscal.

Además, “muchas de nuestras instituciones –dijo– se han visto rebasadas por diversas circunstancias, entre ellas transiciones tecnológica, demográfica y epidemiológica; pero también parece haber influido en ello la transición a la democracia que, al menos hasta ahora, no ha logrado traducir la pluralidad política en avances sociales.

México no puede, por su historia, pero sobre todo por su realidad social, renunciar a contar con un Estado fuerte, compensador y redistribuidor de los beneficios del desarrollo. Es indispensable una política social integral, articulada a la política económica, para el bienestar de todos los mexicanos, en particular de los menos favorecidos. Es preciso recuperar el papel del Estado como actor fundamental de la política social y como garante de los derechos sociales, señaló Narro.

El ciclo de conferencias –organizado por los investigadores Héctor Fix-Zamudio y Diego Valadés–, que se realizará durante toda esta semana, tiene el objetivo de posicionar el tema del Estado social en una agenda y en una opinión pública dominadas por la inseguridad y el crimen organizado.