Martes 15 de febrero de 2011, p. 4
Un viaje de ocho horas en vehículo desde Cochoapa el Grande, Guerrero, hasta la delegación Benito Juárez, en el Distrito Federal, equivale, en términos de calidad de vida, como trasladarse de Zambia a Estados Unidos. Del piso de tierra a duelas de madera fina o mármol. De largas caminatas bajo el sol en la montaña para llegar a un centro de salud, a la posibilidad de elegir entre un médico privado o uno del servicio público. De los desiertos y pedregosos caminos de tierra a anchas avenidas atestadas de vehículos.
Agua potable, luz, Internet, televisión, baño y lavadora, son insumos comunes en la Benito Juárez, pero en el municipio más pobre del país son un lujo: sólo una vivienda tiene computadora, y en dos hay baño y lavadora. Todo de acuerdo con datos de 2005 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los 360 mil habitantes que residen en la demarcación capitalina, con una esperanza de vida de 77 años, tienen un nivel de desarrollo humano comparable al de Estados Unidos –que ocupa el cuarto lugar mundial– refiere el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Los servicios de salud incluyen al menos 19 unidades médicas públicas y unas 450 privadas. El Inegi reporta mil 889 médicos de los servicios públicos de salud y, del total de habitantes, 142 mil son derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social y 47 mil del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Entre los hospitales que aquí se localizan están el General de Xoco y el 20 de Noviembre.
Avenida Insurgentes es la zona comercial más importante de la demarcación. Allí se concentra un gran número de restaurantes de todo tipo, baratos y caros, de comida internacional o rápida. Hay edificios de oficinas públicas y privadas. El WTC destaca por ser una de las torres más altas de la ciudad. Hay despachos de arquitectos y de abogados. En transporte también hay diversidad. Taxis y microbuses, estaciones de cuatro líneas del Metro y Metrobus. Vehículos particulares.
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Andrés, a los cinco años, ya entiende dos idiomas y empieza a leerlos. Desayuna diariamente avena con chocolate y leche, una fruta, jugo de naranja y se lleva lunch a la escuela, con un sándwich de carnes frías y un yogur. Para la comida hay variedad: carne, tortillas, agua purificada, verduras y huevo. A media tarde come una fruta, jugo o pan. Y en la noche toma nuevamente cereal o chocolate con leche.
Asiste a una escuela bilingüe privada cuya colegiatura es de 6 mil pesos, al salir va a clases de gimnasia, expresión corporal, música y artes plásticas. Además, cuenta con los videojuegos de última generación
como el Wii, el Kinect y juegos de Internet en computadora, a los que destina una hora al día en promedio. El cine o el teatro no faltan en su entretenimiento.
Marcela, su madre, perfectamente maquillada, toma un café en un Starbucks, donde dedica tiempo para leer el periódico, con su iPhone y sus lentes oscuros Chanel a un lado. Viste una chamarra Burberry y lleva consigo una bolsa Louis Vuitton. Comenta que las horas en que sus hijos están en la escuela las ocupa para ir a clases de pilates y tomar cursos de actualización de su profesión. También acude a diplomados, conferencias y mesas redondas.
Platica que entre sus ocupaciones se da tiempo para desayunar con sus amigas, acudir a las reuniones de padres de familia y hacer compras en tiendas departamentales. De la limpieza de su casa se hace cargo una mujer a la que le paga 400 pesos por dos días a la semana, los demás días me organizo para que me dé tiempo de atender la casa, los niños y mis actividades
.
A la quincena destina en promedio 8 mil pesos para adquirir alimentos, que incluyen carnes, frutas, verduras y cereales, así como artículos de limpieza y de cuidado personal para las cuatro personas que integran su familia. Señala que últimamente, al ir al supermercado, ocupa más dinero para la misma o menor cantidad de mercancías. Los alimentos han subido de precio, es algo evidente y hay que economizar para que alcance para todos
.
El mayor gasto, se lamenta, se va al pago de la hipoteca de su casa en condominio de 200 metros cuadrados que se encuentra en la colonia Del Valle, barrio en el que los mayores problemas están relacionados con la seguridad: hay robos a transeúntes.
Al año, la familia, que tiene dos camionetas, toma dos periodos de descanso por una o dos semanas, a veces en el extranjero y otras en alguna playa. Aprovechan los puentes vacacionales para salir a algún lugar cercano al Distrito Federal. El nivel educativo de Marcela y el de su esposo, es de posgrado, pero no trabaja porque los salarios por jornadas de medio tiempo son tan bajos que prefiero destinar el tiempo al cuidado de los hijos
.
Debido a que su esposo es funcionario público, la familia está asegurada en el ISSSTE, pero no acude por que ha tenido malas experiencias con el servicio. Me he visto precisada a asistir con médicos particulares y pagar seguro de gastos médicos mayores. Casi 50 mil pesos al año por los cuatro
.
Las consultas particulares no son baratas, cuestan entre 800 y mil 500 pesos. Además, los dos hijos están en tratamiento de ortodoncia. ¡Son 16 mil pesos por cada uno!
. En su caso, durante los embarazos estuvo bajo permanente atención médica. Los niños nacieron en un hospital privado.
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Distribuida en 56 colonias, la población en esta demarcación es de estrato medio y medio alto; 41 por ciento de los residentes percibe más de tres salarios mínimos y 24 por ciento de uno a dos. De los 360 mil habitantes, 32 por ciento se emplea en servicios, 13 son comerciantes ambulantes y 12 funcionarios y directivos. Datos del Inegi de 2005 reportan 122 mil viviendas, con 2.9 ocupantes en promedio.
Se trata de la zona con los índices educativos más altos del Distrito Federal: 99 por ciento de su población sabe leer y escribir, con un grado promedio de escolaridad de 12.6 años. Alrededor de 117 mil personas tienen nivel profesional y 16 mil cuentan con posgrado. Hay 531 escuelas de educación básica y media superior públicas, y 341 colegios privados.
Las colegiaturas de éstos en nivel primaria van de 2 mil a 4 mil pesos, pero si la escuela es bilingüe pueden duplicarse. En nivel secundaria oscilan entre 3 mil 500 y 5 mil. Pero hay quienes pagan colegios privados, como el Liceo Franco Mexicano, con mensualidades que oscilan entre 4 mil 500 y 8 mil pesos, según el nivel escolar.
Hay escuelas de natación con cuotas de 650 pesos al mes y hasta mil 500. Centros deportivos como el Sport City, con membrecía que cuesta alrededor de 15 mil pesos o públicos, como la Alberca Olímpica y el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera. Además, hay cines, teatros, como el Polyforum Cultural Siqueiros y el Insurgentes, un estadio de futbol y la plaza de toros México.