La conservación de los edificios particulares corre a cargo de los dueños particulares. No hay vigilancia, ni una obligación precisa sobre los particulares en cuanto hasta qué nivel deben intervenir o mantener (un inmueble), expresó en entrevista telefónica Ramón Vargas, director de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), sobre los actuales trabajos de remodelación del inmueble que albergó al cine Teresa, el cual se encuentra en proceso de transformación hacia un centro comercial con salas administradas por un consorcio cinematográfico.

Agregó: “De todas maneras, en el caso del cine Teresa, como en otros, es una obra que está catalogada por el instituto, por considerar que posee valores artísticos importantes.

Cuando el propietario tiene interés en hacer alguna intervención sobre edificios que estén en la misma circunstancia, me tiene que consultar... consultarlo... con la Dirección de Arquitectura del INBA, misma que revisa la intervención que se piensa llevar a cabo. Según sea el caso, se les recomienda, se les solicita, que tomen algunas medidas, precauciones, ciertos criterios, etcétera. Ésa es la manera en que el INBA puede intervenir en la conservación del patrimonio.

Límites de acción

Vargas aclaró que la responsabilidad del INBA tiene límites: el cambio en la vida de la sociedad y en los usos y costumbres, así como la necesidad de adecuar los espacios a dichos usos y costumbres.

El INBA conserva los vestigios, los testimonios que dan cuenta de un pasado importante, como el caso del cine Teresa. No podemos ir más allá.

El funcionario pidió a representantes de medios de counicación, ante notas publicadas recientemente, informarse sobre las limitaciones jurídicas del instituto, porque insisten en el tema de la destrucción de patrimonio, siendo que todo eso está regulado por las leyes.

Asimismo, Vargas aclaró que los datos sobre el actual dueño del inmueble que ocupó el cine Teresa se mantienen en secreto, a solicitud del mismo.