Oriol Malló expone sus teorías en el libro El cártel español
Compañías ibéricas emprenden desde 1991 una reconquista de México
Domingo 13 de febrero de 2011, p. 4
España no ha salido de México ni de América Latina. Desde 1991, a través del rótulo español, existe una tarea de reconquista mediante empresas de esa nacionalidad, las cuales controlan diversos sectores de la economía, sostiene el periodista catalán Oriol Malló, autor de El cártel español. Historia Crítica de la reconquista de México y América Latina 1898-2008, que en estos días comienza a circular en librerías nacionales, españolas y argentinas, donde pone de manifiesto la forma de operar de este grupo.
“Antes, los cárteles eran oligopolios para controlar el mercado y fijar el precio. El ejemplo del sexenio en México es la empresa OHL, en la ciudad de México y alrededores. Es un cártel que impone sus precios, sus compañías y que dependen más del Estado, porque viven de la factura; es decir, necesitan la relación política. Por eso las embajadas cumplen un papel esencial: la política española en AL exterior tiene nada más dos bases inmutables que explican todo. La primera es como cualquier embajada: quién quiere hacer negocios, y quien no quiera es colocado en una lista negra. Un ejemplo es el caso de Andrés Manuel López Obrador en 2006, que no hizo ni un solo negocio con una empresa española”.
Incluso, el segundo piso del Periférico se edificó con empresarios más bien de Polanco que de otra parte.
La segunda base es la de los vascos: si los gobiernos latinoamericanos no le entregan a algún supuesto vasco que consideren que es peligroso, también es enemigo.
Así comienza esta reconquista, mediante el trabajo de las embajadas, subraya Malló, y a ello le sigue la cultura, la prensa, etcétera; mientras las empresas que conforman este cártel viven de la regulación de servicios públicos: agua, gas y electricidad. No venden maquinistas, no venden cosas que van por el mercado libremente, sino que necesitan rápidamente protección política y que sean priodidad las políticas liberalizadoras o mixtas de capital privado y público
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El cártel español inicia a conformarse con la caída de Cuba en 1898, añade el periodista, y ya en 1900 comienza a darse forma en Barcelona, a través de la burguesía catalana, a la idea de reconquistar los mercados que una vez fueron propiedad de la Corona.
Esta reconquista se intentó en varias fases, en especial en 1929 con la Exposición Universal en Barcelona, pero no prosperó por la Depresión de ese año, y después la Iberoamericana en Sevilla.
El primer país donde se intentó fue Argentina, con la Compañía Hispanoamericana de Electricidad, manejada por catalanes, aunque era propiedad de alemanes y estadunidenses, que también manejaban la Mexican Light and Power.
El esquema fue Buenos Aires, México, Barcelona para tener de nuevo un mercado natural donde tener influencia política y cultural
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En 1980, “Felipe González reunió a las grandes empresas, algunas de ellas ya privatizadas completamente, para decirles: ‘señores, hay que volver a América Latina’. Le dijeron: ‘señor, ya estuvimos ahí en los años 70 y con la deuda y todo no queremos volver’.
“‘No se preocupen –respondió González–, yo les garantizo que los estados están quebrados y venderán a precio de saldo y regalado, no tendrán que invertir ni una peseta; segunda: yo manejo la agenda política, les voy a abrir las puertas como quieran’. Esa capacidad es lo que abre, lo que empieza en Argentina y termina en México, última gran avanzadilla del cártel en su conquista de mercados, y Brasil, obviamente.”
En México, esta reconquista se inició desde Carlos Salinas de Gortari, se abrió con Ernesto Zedillo y se formalizó con la llegada del Partido Acción Nacional al poder, primero con Vicente Fox y ahora con Felipe Calderón.
“Creo que el gran momento definitorio es cuando llega Calderón. Mouriño fue quizá el momento del error español, porque puso muy en evidencia un esquema ya no cabildero, sino de un secretario de Gobernación, que además era un virrey, que operaba para los intereses de su familia. En ese sentido, fue un quiebre, porque, como bien dijo Esteban Sierra, que opera mucho desde Barcelona con varios países: ‘toda América Latina se maneja por 100 o 200 familias, con las cuales, con tal de hacer cualquier negocio te venden al estado y hasta a su madre, pero no permiten que les pases por encima; es decir, ellos son los cabilderos y no un tipejo de Campeche que no es nada y no existe para México, que se permite el lujo de decir quién va a tener contratos y quién no.
El error de Mouriño... sobre cómo acabó, hay muchas teorías, y como en el caso de Kennedy, nadie sabrá quién lo mató o si murió, pero en todo caso está muy claro que hubo muchos avisos de que en México no se opera así.
En resumen: El libro habla de cómo España no se ha ido realmente y cómo opera en América Latina. Apenas comienza a haber ensayos acerca de esas conexiones, que siempre han existido
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