El precio del maíz y del jitomate, dos de los principales productos de la canasta alimentaria, se disparó de un día para otro en cuanto se supo que las heladas destruyeron entre 70 y 90 por ciento de las cosechas en Sinaloa, considerado el principal granero de México, aseguraron dirigentes de la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla (UNIMT) y de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC).

La tonelada de maíz se encareció por lo menos 400 pesos, al pasar de 3.8 mil a 4.2 mil pesos en algunas regiones del país, un alza de 10 por ciento en sólo 24 horas, que repercurtirá en el precio de la tortilla si el gobierno federal no agiliza la entrega de recursos y apoyos, tanto los ya pactados con la cadena maíz-tortilla como los de emergencia para los productores agrícolas, advirtió Antonio de la Torre, dirigente de la UNIMT.

En tanto, el precio del jitomate se duplicó en su venta al menudeo en el mismo estado de Sinaloa, principal productor y exportador de la hortaliza hacia Estados Unidos. Según el Banco de México el mes pasado se abarató y ello incidió en que la inflación general de enero fuera menor a la del mismo mes del año pasado. Esa tendencia a la baja se mantuvo hasta la semana pasada, según reportes de la Secretaría de Economía (SE), pero los monitoreos más recientes de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) indican que el jitomate bola ahora se comercializa hasta en 30 pesos, y el salade en 20 pesos por kilo en algunas ciudades.

De la temporada agrícola otoño-invierno se calculaba que Sinaloa aportaría 5 millones de toneladas de maíz blanco para el mercado nacional, pero las heladas quemaron los cultivos y si se reinicia de inmediato la siembra del grano sólo se conseguirán un millón o hasta 1.5 millones de toneladas, aseguró Víctor Suárez, director de ANEC. Advirtió que el faltante no podrá conseguirse ni siquiera mediante importaciones, porque no hay de dónde debido al alza internacional del precio de los alimentos.

La estabilidad en precios de los alimentos que ha pregonado el gobierno del presidente Felipe Calderón, señaló, se basaba sólo en las producciones históricas de Sinaloa y en importaciones baratas, pero al perderse ambas las autoridades ya no pueden empecinarse en negar que hay aumento de precios o sólo atribuirlos a cuestiones estacionales o culturales.

La devastación agrícola sinaloense nos coloca en el peor de los dos mundos, ya que es la peor catástrofe en décadas (desde 1955), y el destino nos alcanzó sin que tengamos reservas alimenticias para un día. Sólo las grandes empresas trasnacionales las tienen y se benefician de esta situación, sentenció Súarez.