Aun cuando México es autosuficiente en la producción de combustible de origen fósil para la aviación, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) se ha trazado la meta de que el país genere para el año 2015 uno por ciento de la demanda del sector aéreo con biocombustibles (40 millones de litros anuales) y 15 por ciento para 2020 (700 millones de litros).

En la actualidad, el país consume 3 mil 300 millones de litros anuales de combustible para la aviación, que se distribuyen en 62 aeropuertos. Sin embargo, el 78 por ciento de éste se concentra en seis terminales aéreas: ciudad de México, Cancún, Guadalajara, Monterrey, Toluca, así como Los Cabos.

De acuerdo con el plan del organismo aeroportuario, para 2013 se pretende lograr la certificación de la bioturbosina y se prevé que una mezcla al 50 por ciento se certifique en el primer trimestre de este 2011, dentro de una estrategia internacional para reducir las emisiones de contaminantes, iniciado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con estudios realizados, los biocombustibles producidos de manera sustentable ofrecen una reducción de hasta 80 por ciento en las emisiones de CO2 a lo largo de su ciclo de vida, comparados con los combustibles tradicionales.

La estrategia es impulsar la generación de bioenergéticos de segunda generación, que son un recurso renovable y sustentable que puede remplazar al combustible de aviación tradicional. Actualmente se producen a partir de aceites derivados de especies como la jatropha, la higuerilla, las algas y algunas halófitas, de las cuales México tiene vastas regiones y climas propicios para su producción, en los estados de Chiapas, Sinaloa y Sonora, entre otros, con los cuales ya se trabaja con los gobiernos locales y con la iniciativa privada.

Desde la perspectiva del gobierno federal, los biocombustibles para la aviación son una fuente de oferta diversificada que puede ayudar a romper con el esquema actual de mercado de combustibles, dominado por un número reducido de compañías petroleras.

El beneficio de los biocombustibles para nuestro país podría ser enorme. Estrategia integral de producción; se generarán ingresos para muchas comunidades que tendrán cultivos rentables, y se frenará la emisión de gases de efecto invernadero, dice el plan maestro de ASA.