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Cruenta disputa de zetas y los Beltrán Leyva con cárteles de Sinaloa, Golfo, La Familia y los Valencia

Jalisco, Nayarit y Colima, campo de batalla entre grupos de narcos

El gobierno jalisciense busca blindar la entidad con cuarteles en la zona limítrofe con Michoacán

 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de febrero de 2011, p. 7

El segundo trimestre de 2010 marcó el inicio de una creciente violencia en los estados de Jalisco, Nayarit y Colima, provocada por la disputa que sostienen el grupo de Los Zetas, en combinación con los Beltrán Leyva, enfrentados con los cárteles de Sinaloa, los Valencia, La Familia y del Golfo.

Esa situación provocó que el gobierno de Jalisco elaborara una nueva estrategia contra el crimen organizado, que incluye retenes policiacos en las principales avenidas de Guadalajara para la revisión de automóviles con placas de otros estados, principalmente Tamaulipas y Michoacán.

También promueve que se construyan instalaciones militares en la zona limítrofe con Michoacán, según información oficial difundida la semana pasada obtenida en esa entidad.

La zona es considerada por los grupos criminales uno de los puntos más importantes para la recepción de precursores químicos procedentes de Asia, también base para el trasiego de cocaína procedente de Centro y Sudamérica, mediante lanchas rápidas. Sobre todo, la zona metropolitana de Guadalajara era hasta hace un año una especie de santuario para narcotraficantes y sus familias, indicaron funcionarios que participan en el Gabinete de Seguridad Nacional y del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Las causas de la violencia, de acuerdo con información obtenida, se ubican en la ejecución de Alejandro Coronel a manos de Los Zetas, a principios de abril de 2010, y el deceso de su padre, el capo Ignacio Nacho Coronel Villarreal, el 31 de julio de ese año, quien fue abatido a tiros por efectivos del Ejército.

Los entrevistados señalaron que esas muertes generaron una escisión en el grupo de El Chapo Guzmán Loera, con el surgimiento de La Resistencia, y también la aparición del cártel de Jalisco Nueva Generación.

Según la Base de datos de homicidios presuntamente relacionados con la delincuencia organizada, elaborada por el gobierno federal, la violencia se ha multiplicado en esas entidades. Así, mientras en 2009 se cometieron 37 asesinatos en Nayarit, para el año siguiente sumaron 377; en Colima se reportaron 33 muertes en 2009 y para 2010 fueron asesinadas 101 personas.

Por lo que hace a Jalisco, la violencia es mayor: en 2009 se contabilizaron 261 decesos de este tipo y el año pasado sumaron 593 homicidios cometidos por grupos criminales. En un solo mes, enero de 2011, se contabilizaron 72 casos.

Muertes, alianzas y rompimientos

El 28 de octubre de 2009 fue detenido Orlando Nava, El Lobo Valencia (recién extraditado a Estados Unidos), principal operador de Nacho Coronel. Según la Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco, allí comenzó la descomposición del grupo que dirigía Coronel Villarreal y que controlaba los estados de Nayarit, Colima y Jalisco.

Tras la captura de El Lobo Valencia, dicen autoridades federales, Guzmán Loera buscó acrecentar su presencia en la zona de Nacho Coronel, lo que trajo consigo disputas entre sus grupos de sicarios, lo que generó un mayor número de ejecuciones, al pasar de 148 en 2008 a 261 en 2009, de acuerdo con las estadísticas gubernamentales.

El 7 de abril de 2010, en el lujoso complejo turístico Paradise Village, en Nuevo Vallarta, Alejandro Coronel –quien supuestamente tenía alrededor de 17 años de edad– fue levantado junto con dos de sus amigos, mientras Fernando Gurrola Coronado, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Guadalajara, campus Vallarta, fue ejecutado allí mismo.

Versiones gubernamentales señalan que integrantes de Los Zetas los asesinaron, aunque en círculos policiacos corrió la versión de que había sido un acto ordenado por Joaquín El Chapo Guzmán.

Días después, supuestamente el grupo de Nacho Coronel entregó a las autoridades a Santiago Lizárraga, El Chaguín, principal operador del cártel de los hermanos Beltrán Leyva en Nayarit, en tanto que 12 sicarios más fueron asesinados e incinerados.

Las fuentes estatales y federales consultadas coincidieron en que, tras la muerte de su hijo, Nacho Coronel había comenzado a perder el control de sus zonas de operación, más aún con la entrada a Jalisco de miembros de La Familia, los Valencia y del cártel del Golfo, bajo el auspicio de Guzmán Loera.

El 31 de julio del año pasado, el Ejército Mexicano realizó un operativo en el fraccionamiento Colinas de San Javier, donde abatió a tiros a Ignacio Coronel Villarreal. En círculos gubernamentales jaliscienses se mencionó que sus ex socios del cártel de Sinaloa lo habían traicionado. Cinco días más tarde, a través de un video en la web, se dio a conocer el cártel de Jalisco Nueva Generación. En un documento señalaron que no permitirían que otras organizaciones operaran en la entidad.

Funcionarios locales informaron que esta organización está integrada por operadores, distribuidores de droga y sicarios originarios de Jalisco, al servicio de Ignacio Coronel y su hijo.

Su principal rival lo constituyen los integrantes de la llamada Resistencia, integrada por el cártel de Sinaloa, La Familia, Golfo y los Valencia, formados principalmente por personas nacidas en Durango, Sinaloa, Tamaulipas, Michoacán y estado de México, indicaron funcionarios de Seguridad Pública de Jalisco. Tras la muerte de Nacho Coronel, el cártel de Sinaloa quedó con tres líderes: Joaquín Guzmán Loera, Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul.

Las autoridades de Nayarit, Colima y Jalisco señalaron que la nueva organización está integrada por delincuentes de entre 25 y 35 años de edad, que incluso poseen propiedades en zonas residenciales de Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque, Tonalá, Juanacatlán y El Salto.

En días pasados, fuentes de la administración estatal señalaron que de acuerdo con información de inteligencia, se estima que La Resistencia es un grupo de alrededor de 200 hombres muy bien entrenados y con mucha capacidad operativa.

El mencionado grupo –según la información de autoridades locales– es encabezado por importantes operadores de los cárteles del Golfo y La Familia Michoacana, los cuales han asumido el control que tenía sobre Jalisco el cártel de Sinaloa, por lo que no descartaron que en los próximos meses se viva un rompimiento entre los grupos que forman parte de La Resistencia, principalmente por el control de la entidad jalisciense.

Ataques y narcobloqueos

La confrontación entre los integrantes de Jalisco Nueva Generación y La Resistencia provocó varios días de disturbios a mediados de enero y los primeros días de febrero de este año, principalmente en municipios que integran la zona metropolitana de Guadalajara, donde se registraron narcobloqueos, ataques a comandancias de policía, detonación de granadas y diversos enfrentamientos con el Ejército Mexicano, la Policía Federal y autoridades locales.

Ante esa ola de violencia, sumada al llamado que hizo a sus funcionarios el consulado de Estados Unidos para no transitar de noche por las calles, y para contrarrestar una mala imagen de la zona centro de Jalisco –principalmente Guadalajara, donde este año se realizarán los Juegos Panamericanos–, el gobierno local prepara una nueva estrategia de patrullaje que incluirá la participación de autoridades federales.

Asimismo, obtuvo un aumento presupuestal de mil 100 millones de pesos, para aplicarlos en programas de seguridad pública.

Por lo que hace a los registros criminales, de diciembre de 2006 a diciembre de 2010, los municipios jaliscienses más violentos han sido Zapopan, con 164 asesinatos; Guadalajara, 145; Tlajomulco de Zúñiga, 81; Tlaquepaque, 69; Puerto Vallarta, 49; Tepatitlán, 35; Tonalá, 31; El Salto, 30; Tequila, 25; Jilotlán, 21, e Ixtlahuacán y Ocotlán, 18.