Las Águilas y el profesionalismo
Se salva, por ahora, el Güero Real
R
egalamos el partido
, dijo, sin pregunta de por medio, el técnico sanluisino Ignacio Ambriz, luego de sumar una derrota más ante su hermano América.
Extraña la forma en que los consistentes Gladiadores perdieron, otra vez, ante las Águilas. En el torneo anterior sucumbieron en cuartos de final y ahora se convirtieron en una de las tres víctimas para que Carlos Reinoso tenga un regreso épico al equipo de sus amores.
En efecto, Ambriz regaló el partido con un planteamiento de miedo. En su escuadra cuenta con elementos ofensivos como Wilmer Aguirre, Michael Arroyo, Víctor Lojero, Othoniel Arce, Ezequiel Cuevas y Juan Cavallo, pero ante las Águilas, de plano, prefirió no atacar. Cedió el balón, la iniciativa, las llegadas y, en consecuencia, el juego.
Más allá de las sospechas que generan los duelos entre los equipos de Televisa –lo que por supuesto afecta la credibilidad de nuestro vapuleado futbol–, es de llamar la atención el regreso de Reinoso por la puerta grande. El autodenominado mayor americanista del planeta dice no ser mago, pero por su regreso parece serlo: tres triunfos en nueve días, con lo que los amarillos escalaron al quinto lugar general, aunque con un partido más.
Dicen que Reinoso retomó las raíces del americanismo, que hasta ahora no son otras que correr más y pelear el balón en cada jugada, pero que los amarillos no hicieran lo mismo con Manuel Lapuente es algo que deja muchas interrogantes.
El técnico americanista no ha tenido tiempo para trabajar el aspecto táctico. Entonces, todo pasa por la actitud. Ver a un equipo tan distinto de un día para otro sólo refleja que las Águilas no sudaban la playera como podían y debían, y eso los deja mal parados porque se trata, simplemente, de falta de profesionalismo.
El otro grande tiene un momento de respiro. Con goles de último minuto Chivas salvó la cabeza del timonel José Luis Real. Consiguió su primer triunfo de la campaña –luego de tres empates y una derrota–, pero fue en la maltratada cancha del Jalisco y no en la sintética del suntuoso y repudiado Omnilife.
Sin embargo, los días del Güero parecen estar contados. Hasta hace poco daba gusto ver los partidos del chiverío: un equipo ofensivo, con variantes y gol. Difícil de creer que todo eso se haya perdido ante la partida de Javier Hernández, pero el equipo sigue siendo el mismo.
El magnate Jorge Vergara presumió que destina un millón de dólares al año para sus fuerzas básicas, cantidad similar que tal vez invierta el hoy superlíder Pumas.
Seguro de su trabajo y de sus pupilos, Guillermo Vázquez dijo en la semana que ante Puebla conseguiría su primer triunfo como visitante, algo que en el torneo pasado sólo hicieron hasta el último partido regular. La cantera auriazul sigue dando frutos, ahora reflejada con un golazo del canterano Emilio Orrantía.
Y mientras el campeón Monterrey empieza a mostrar síntomas de mejoría, Pachuca sigue dando tumbos. Aunque dejó ir a su orquestador Damián Manso, cuenta con un plantel que parece quedarle grande a Pablo Marini, quien también vislumbra la guillotina.
Lamentable caso el del Necaxa. Nunca anota y cuando lo hace le anulan el gol. Los Rayos continúan sin anotación luego de cinco partidos –el silbante Miguel Ortega invalidó un tanto legítimo de Christian Suárez– y siguen en caída libre a la Liga de Ascenso, a pesar de que con Sergio Bueno mostraron ligera mejoría.
Ahora podría surgir otra polémica: este viernes Necaxa recibirá a su hermano América y le urge la victoria.
En tanto, Chepo de la Torre dio su segunda lista, en la que ya incluyó a los que militan en Europa, pero al final todo se reduce al Chicharito y varios más.
