El grupo solicitará al rector el reacomodo de las dos obras de Alejandro y Nicolás Moreno
Artistas en Red de Tlalpan buscarán que se les dé un sitio para mostrarlo en la casa de estudios
Lunes 7 de febrero de 2011, p. a12
En vista de que el par de murales titulados El valle de México, de Nicolás Moreno (1923) y de su hijov Alejandro Moreno Rodríguez, realizados en 1995 por encargo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se encuentran embodegados, el grupo ciudadano Artistas en Red de Tlalpan ha emprendido la tarea de pedir al rector José Narro Robles que las obras, ambas de 19 metros de largo y 4.5 de altura, se vuelvan a exhibir en su calidad de patrimonio universitario.
Los murales transportables, de forma cóncava, fueron comisionados por el Museo Universitario de Ciencias y Arte (Muca), de Ciudad Universitaria, cuando era director Rodolfo Rivera. Moreno Rodríguez relata que se preparó una sala con iluminación especial, y las obras se montaron enfrentadas.
El mural de Alejandro Moreno es una vista del valle de México desde Xicomulco, a un lado del Ajusco, de poniente a oriente, mientras el de don Nicolás es una vista desde los volcanes, es decir, de oriente a poniente. El grupo Artistas en Red de Tlalpan busca que los murales salgan de la bodega para su acomodo en algún espacio de la UNAM, para que los conozcan no sólo los universitarios, sino el público en general.
Artistas en Red de Tlalpan también organizó Paisaje mexicano, Tlalpan y otras dimensiones, exposición de 70 pinturas al óleo sobre diferentes superficies, de Alejandro Moreno, que se exhibe en el Museo de Historia de Tlalpan (Plaza de la Constitución 10, Centro de Tlalpan), señala en nombre del grupo Silvestre Cárdenas Rivera, gestor del patrimonio cultural. Hace cinco años también hicieron una muestra de la obra de Moreno Rodríguez en la Casa Frissac, también en el Centro de Tlalpan, y hace dos, en la Casa de Cultura de la Universidad Autónoma del Estado de México, también en Tlalpan.
Moreno Rodríguez, también arquitecto y músico, no niega la influencia de su padre en su gusto por pintar, sobre todo el campo, pero sin dejar de lado a figuras como Feliciano Peña, Manuel Echauri, Héctor Cruz y Luis Nishizawa. No obstante ser excelentes amigos
, el entrevistado expresa que como artistas su padre y él son un poco broncos, en el sentido de que él lleva su ritmo y yo el mío, en nuestra forma de representar las cosas, a pesar de que es paisaje. En eso radica la importancia de investigar nuevas técnicas y mejores formas de proyectar
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El artista es de los que todavía salen al campo para observarlo y pintarlo. La primera sala de la muestra está dedicada, en efecto, a la naturaleza de Tlalpan. A Moreno Rodríguez, sin embargo, le gusta salir de la ciudad: Hay veces que me voy a acampar una semana o me quedo en un hotel, y salgo a trabajar por la zona
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Respecto de la facilidad de encontrar todavía rincones naturales sujetos a ser pintados en la urbe, el expositor apunta que la naturaleza nos salva de todas las salvajadas que hacen los constructores. Las plantas llegan a invadir a esa cosa fea para hacerla un poco más hermosa
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A la hora de pintar un paisaje, a Moreno Rodríguez le mueve
representar lo endémico
del lugar. A partir de allí juego con la tela. Trato de ser lo más nítido posible. Me encanta jugar a lograr el carácter del lugar
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