Llama el IIED a gobiernos a aplicar políticas para proteger a la población
Sábado 5 de febrero de 2011, p. 33
Madrid, 4 de febrero. La degradación del medio ambiente vinculada al cambio climático no se traduce en grandes flujos de migraciones mundiales, reveló un estudio presentado hoy por el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED).
Con sede en Londres, el organismo informó en un comunicado que una investigación reveló que más allá de prejuicios, lo necesario es ofrecer apoyo a las comunidades con entornos naturales en riesgo de deterioro.
Las personas afectadas por la degradación del medio ambiente rara vez se mueven a través de las fronteras
, dijo la autora del estudio, Cecilia Tacoli.
Expuso que, de hecho, varios gobiernos desalientan las migraciones por considerarlas un problema e instan a las personas a permanecer en sus lugares de origen.
Por ello, el estudio llama a los gobiernos a comprender los factores sociales y económicos que caracterizan la migración y a desarrollar políticas que apoyen la adaptación de personas pobres ante escenarios de afectación ecológica.
La investigación, que incluye estudios de casos de Bolivia, Senegal y Tanzania, no encontró pruebas de que la degradación del medio vinculada al cambio climático se traduciría en grandes flujos de migrantes internacionales
, indicó el instituto.
Asimismo, refutó las predicciones alarmistas
de que cientos de millones de personas se ven obligadas a migrar a través de fronteras internacionales a causa del cambio climático.
Tacoli consideró que los gobiernos deben redefinir la migración para que se pueda abordar de mejor manera.
Necesitamos respuestas racionales y realistas para el cambio climático, no reacciones viscerales que crean nuevos problemas y aumentan la vulnerabilidad
, dijo.
Entre las medidas, propuso proteger los medios de subsistencia en las zonas de origen de los migrantes, garantizar el acceso a la tierra y apoyarlos en caso de que tengan que moverse, y respetar sus derechos. Además, sugirió evitar los círculos viciosos, por los que la migración es consecuencia no del cambio climático en sí, sino de las políticas creadas para hacerle frente
.
La investigadora recomendó que se siga la línea de apoyo de los migrantes, que desde el exterior envían dinero a sus lugares de origen, que son ecológicamente frágiles, lo que ayuda a reducir más la vulnerabilidad de personas ante el calentamiento global.