Expresan distintas ideas pero se han unido en la lucha por la salida del régimen actual
estando con la gente ya no se siente miedo
Sábado 5 de febrero de 2011, p. 24
El Cairo, 4 de febrero. Al preguntarle en la plaza Tahrir de El Cairo si tiene miedo de lo que pueda ocurrir, Mona Seif reflexiona un momento antes de contestar: Tuve miedo la noche del jueves, pero una vez que estás entre la gente ya no sientes miedo. No espero morir aquí, pero si eso pasa habré pasado 10 días aquí con toda esta gente y siento que esta es mi patria, y eso es algo que nunca había experimentado
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Si es una revolución, entonces Seif, de 24 años, está entre sus héroes. La estudiante de posgrado en biología del cáncer en la Universidad de El Cairo es una de las figuras líderes que usaron blogs y Twitter para ayudar a difundir el llamado a la primera protesta, el 25 de enero.
La protesta es común en su familia: su padre es un conocido abogado pro derechos humanos, Ahmed Seif el-Islam; estaba preso en una cárcel de Mubarak cuando ella nació y hoy es uno de los más de 20 abogados que han sido detenidos.
Twitter, una herramienta para asuntos políticos
Egipto cortó Internet la semana pasada. Ella fue uno de los 20 activistas que llevaron sus laptops a una casa particular para fundar el Centro Twitter de la revolución, emitiendo mensajes al mundo exterior gracias a que uno de los suyos estaba conectado a un servidor que en un principio no fue apagado porque atiende casi en exclusiva servicios financieros. “Uso Facebook y he comenzado un blog, pero Twitter es mi herramienta favorita para asuntos políticos”, afirma.
La señora Seif cree que los catalizadores inmediatos de las crecientes protestas fueron la muerte de Jaled Said –el joven que se dice fue muerto a golpes por la policía secreta en Alejandría, el año pasado–, el levantamiento en Túnez y la acumulación de huelgas y protestas en pequeña escala con el paso de los años
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Rinde tributo a los aún desconocidos creadores de la página Todos somos Jaled Said en Facebook. Pero si bien nunca imaginó que las cosas llegarían a esto, lo que la hizo sostenerse conforme se acercaba el día de la protesta fue el recuerdo de otra manifestación en la que tomó parte el año pasado. Su grupo logró eludir a la policía al llegar, no hasta la plaza Tahrir, sino a otra calle del centro. Una marcha de unos 50 creció rápidamente a alrededor de mil, antes de que la policía arremetiera contra ellos con brutalidad. Durante unos 35 minutos sentimos que la calle era nuestra: fue increíble.
¿Qué desenlace espera? Quiero que Mubarak se vaya y que caiga el régimen. Luego un gobierno de transición, que organice elecciones apropiadas y que reconozca a quien gane.
Otra mujer de procedencia muy distinta se siente sorprendida también de participar en tan enorme protesta. Madre soltera de edad mediana, Safa Hamis Mohammed ha tenido dificultades para salir adelante como maestra particular del Corán luego de perder su trabajo en el periodismo, hace 17 años. Pero tras el ataque de los partidarios de Mubarak, el miércoles pasado, se encontró llevando piedras a los que defendían la plaza.
¿Votaría por la Hermandad Musulmana? No sabíamos de ellos por la televisión egipcia y los respeto por estar aquí, porque son musulmanes. Lo pensaré.
Gigi Ibrahim, de 22 años, graduada en política en la Universidad Americana de El Cairo, que sigue el modelo estadunidense, no votará por la Hermandad. Se describe como socialista revolucionaria
y dice que ha tenido continuas discusiones con su familia, de clase media alta –en especial con su padre, fabricante de ropa–, acerca de las protestas.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya