El crecimiento de la economía mexicana no ha sido suficiente para una recuperación completa de las consecuencias dejadas por la reciente crisis, aseguró este miércoles Gloria Grandolini, directora del Banco Mundial para México y Colombia. No se ha logrado recuperar lo perdido en 2009, sostuvo.

Afirmó que el desempleo en el país sigue alto, en un nivel que supera los registros promedio de los últimos años. Identificó como uno de los riesgos potenciales que enfrentará la economía nacional el creciente influjo de capitales de corto plazo, atraídos por tasas de interés locales que superan las que pagan economías desarrolladas de Europa y Estados Unidos.

En 2010 la economía mexicana creció 5.3 por ciento, reportó el viernes pasado la Secretaría de Hacienda. En 2009 registró una contracción de 6.5 por ciento.

Entre 2007 y 2010, los cuatro primeros años de la administración del presidente Felipe Calderón, la economía creció a una tasa promedio anual de 0.9 por ciento, inferior al promedio de 2.4 por ciento de los últimos 20 años, y menor al aumento de la población, que avanza a un ritmo de 1.3 por ciento cada año, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del Consejo Nacional de Población.

Aun cuando consideró que el crecimiento de la economía en 2010 no fue suficiente para compensar la pérdida generada por la crisis, la directora del Banco Mundial rechazó ayer que el actual sea un sexenio perdido en materia económica.

No lo llamaría así. Lo que ocurrió en 2008 y 2009 fue algo inesperado. México sufrió más que otros países por el hecho de que Estados Unidos (el epicentro de la recesión mundial) sufrió mucho, y México sigue ligado muchísimo al ciclo en aquel país, expuso Grandolini. Creo que en parte ese es el desafío en términos de aumentar el nivel de vida y el crecimiento, sostuvo.

En la misma conferencia de prensa Joost Draisma, economista para México del Banco Mundial, abundó sobre el desempleo en el país el cual, dijo, se mantiene en niveles de 5.5 por ciento de la población económicamente activa, proporción que supera la registrada antes de la crisis, que era de 4 por ciento.

Gloria Grandolini, directora del Banco Mundial para México, conferencia de prensa de ayerFoto José Antonio López

Grandolini mencionó que uno de los riesgos que se advierten para los países en desarrollo es el aumento en el ingreso de capitales de corto plazo, movidos por inversionistas que buscan capitalizar tasas de interés mayores a las que ahora se pagan en los mercados financieros de las naciones de Europa y Estados Unidos.

México ha sido uno de los países donde ha aumentado el ingreso de capitales de corto plazo. Según datos del Banco de México, entre junio de 2009 y diciembre de 2010 la inversión de extranjeros en bonos de la deuda interna pública subió de 260 mil 385 millones de pesos a 642 mil 414 millones, 147 por ciento más.

Parte de la apreciación en el valor del peso frente al dólar se debe claramente a este gran ingreso de capitales por unas tasas de interés mayores a las de Estados Unidos y Europa. Hay un riesgo si se piensa que va a continuar una entrada de capital especulativo. El tipo de política para hacer frente a esta situación cambia de país en país, apuntó.

Para la directora, la forma en que el Banco de México ha hecho frente al aumento en el ingreso de capitales de corto plazo, mantener un tipo de cambio flexible y elevar la acumulación de reservas de divisas, por ahora ha funcionado relativamente bien y la apreciación del peso, dijo, no ha limitado el crecimiento. Hay que observar qué pasa con los flujos de capital y las tasas de interés en los próximos meses. Por ahora tiene sentido lo que ha hecho México y vamos a observar.

También se refirió al efecto que tiene el aumento de la violencia en la actividad económica. El Banco Mundial, apuntó, no puede determinar si hay una afectación directa, aunque sí es un problema que no ayuda a la percepción que tienen los inversionistas y los participantes en los mercados financieros sobre el país, consideró.

A largo plazo (la violencia) podría influir a través de las percepciones; el problema en esto es que no creo y no he visto ningún análisis cuantitativo de qué impacto ha tenido, pero claramente en términos de percepción sí podría tener un impacto.