Evitar estigmas y la transmisión, la meta
Martes 1º de febrero de 2011, p. 42
En México se ha logrado llegar a un caso de lepra por cada 10 mil habitantes, indicador establecido por la Organización Mundial de la Salud, pero aún se debe trabajar para atacar el estigma y la discriminación que sufren las personas que la padecen, señaló el director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud, Miguel Ángel Lezama.
La incidencia pasó de 17 mil casos en 1990 a 391 en 2010; se trata de un padecimiento curable cuando es detectado a tiempo, precisó en la ceremonia del Día Mundial de Lucha contra la Lepra 2011.
Una de las metas es evitar la transmisión de la enfermedad y para ello se cuenta con un programa específico orientado principalmente al diagnóstico oportuno y al tratamiento gratuito.
para el control de lepra consiste en hacer conciencia en el personal de salud que este padecimiento existe, por lo que los médicos deben tener presente la sintomatología de la enfermedad, con el fin de que realicen un diagnóstico temprano.
Actualmente se focalizan las acciones preventivas en los estados que albergan el 57 por ciento de la prevalencia nacional, que son Sinaloa, Oaxaca, Nayarit, Nuevo León y Jalisco. Con este tipo de acciones se busca curar al 95 por ciento de los casos que inicien tratamiento, el cual dura un año y en algunos casos dos años, pero lo más importante es lograr la adherencia terapéutica para evitar las recaídas.
Humberto Montiel Paredes, asesor en Epidemiología de la Organización Mundial de la Salud en México, mencionó que a nivel mundial existen siete millones de personas con lepra, de los cuales sólo uno de cada tres tienen acceso al tratamiento. Cada año se diagnostican unos 700 mil casos, de ellos el 15 por ciento corresponden a niños menores de 14 años.
El estigma social que sufren los enfermos es un factor que contribuye a explicar que no se haya erradicado esta enfermedad, a pesar que es curable, por lo que se debe informar a la población que este padecimiento deja de ser contagioso desde que se ingiere la primera dosis del medicamento.