Continúa el repudio masivo a la permanencia del primer ministro Mohamed Ghannouchi
Sábado 29 de enero de 2011, p. 26
Túnez, 28 de enero. Las fuerzas antimotines tunecinas se enfrentaron hoy a los manifestantes opuestos al gobierno de unidad, remodelado ayer por el primer ministro Mohamed Ghannouchi, quien fue asignado a la jefatura de gobierno por Zine Abidine Ben Ali, derrocado el pasado día 14 tras casi un mes de protestas populares.
En sólo pocas horas, el barrio gubernamental y el centro de Túnez fueron escenario de enfrentamientos, detenciones, persecuciones y represión con el empleo de gases lacrimógenos contra la población que mantiene las protestas.
En horas de la mañana se pensaba, según declaraciones del llamado gobierno de transición, que la concertación frenaría las reiteradas protestas a la permanencia de cuadros de Ben Ali en el gobierno.
Todo cambió en la tarde con el desalojo a la fuerza, por la policía antimotines, de la explanada de la Casbah, donde está la oficina del primer ministro, en el sexto día de ocupación por los manifestantes opuestos al gobierno de transición.
Al menos cinco personas resultaron heridas por la tarde en los enfrentamientos entre policías antidisturbios y manifestantes en torno a la plaza de la Kasba.
Una media hora más tarde varios centenares de manifestantes se dirigieron hacia la avenida Habib Burguiba, la cual había recobrado su aspecto ordinario por primera vez en los últimos días. Almacenes y cafés cerraron rápidamente sus puertas.
La policía comenzó hacia las 16:30 a lanzar gases lacrimógenos contra los manifestantes, congregados bajo las ventanas de las oficinas del primer ministro, que bombardeaban con piedras.
Sitio militar y policial
Los militares presentes en el lugar no intervinieron. Unos 200 agentes antimotines, que se encontraban en una arteria que da sobre la explanada, comenzaron a acercarse lanzando al mismo tiempo numerosas granadas lacrimógenas.
En la explanada, sobrevolada por un helicóptero, los policías desmontaron inmediatamente las tiendas utilizadas varias noches consecutivas por los protestatarios para exigir la caída del gobierno de transición y la partida del primer ministro Ghannouchi.
Al cabo de tres días de discusiones, Ghannouchi se mantuvo en el cargo, aunque formó el jueves un nuevo equipo de transición, que recibió el aval del poderoso sindicato Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT).
Cinco de los siete ex ministros del último gobierno de Ben Ali fueron destituidos, en particular los que ocupaban los puestos clave de Defensa, Interior, Relaciones Exteriores, Finanzas.
Pero la permanencia en sus funciones de Ghannouchi, último jefe de gobierno del derrocado dictador Ben Ali, cargo en el que se mantuvo durante 11 años, continúa siendo cuestionada enérgicamente por los sectores más radicales de la oposición contestataria.
La mayoría quiere continuar para sacar a Ghannouchi, todo el gobierno tiene que salir, sobre todo Ghannouchi
, afirmó Jaled Salhi, un estudiante de 22 años en una escuela de ingenieros en Túnez, que se hallaba entre los 300 manifestantes, en gran parte provincianos, que acampaban junto a la residencia del primer ministro.
El jefe de la UGTT no representa a la base, antes estaba con Ben Ali. Lo que importa es lo que van a decir y hacer las uniones (sindicatos) regionales y sobre todo la Orden de los Abogados
, que ejerce una fuerte autoridad moral sobre los manifestantes tunecinos, declaró Jaled Salhi .
Queda pendiente la interrogante sobre qué pasará si el cuestionamiento de la base se mantiene, sobre todo el de las provincias más pobres del interior del país, que iniciaron la revuelta.
Los sindicatos y los partidos políticos deben desempeñar su papel para convencerlos de que el primer ministro está allí sólo durante la transición y que después de las elecciones habrá otro
, declaró Mouldi Jandoubli, miembro ejecutivo de la UGTT.
En la ciudad de Sidi Bouzi, donde se originó la revuelta popular cuando el 17 de diciembre se inmoló un hombre de 27 años desempleado al que la policía le confiscó verduras que vendía en la vía pública, miles de personas participaron esta noche en una gran concentración de solidaridad.
Y aunque en las calles es evidente que no hay aceptación plena para el gobierno de transición, el flamante ministro del Exterior, Ahmed Abderrauf Unais, fue invitado por la alta representante de la Unión Europea, Catherine Ashton, a Bruselas. Una visita que, lo más probable
, se realice el próximo martes, dijo la jefa de la diplomacia de los 27.