Revisar mitos e inaugurar otros es algo que permite Diseño gráfico en México 100 años: 1900-2000 (Artes de México/ Universidad Autónoma Metropolitana), libro con más de 2 mil 500 imágenes que fue presentado el jueves en el Museo Franz Mayer.

De acuerdo con Marina Garone, quien figura entre los 12 coautores del volumen coordinado por Giovanni Troconi, una nueva narrativa para la agenda del diseño se abre con su aparición. Desde el punto de vista histórico el libro nos permite avanzar y hacer menos porosa la memoria de la profesión. Muestra la belleza y la inteligencia de la que somos capaces los diseñadores de este país, pero también muestra cuando dejamos de ejercerlas. Es un boceto de nuestro ADN que no conocíamos.

Troconi señaló que la obra hace unos rescates importantes, como el trabajo de artistas plásticos y diseñadores gráficos que no se conocía, por ejemplo, de Gerardo Murillo, el Dr. Atl; Ernesto El Chango García Cabral –también como tipógrafo–; Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Fermín Revueltas. Para Troconi ese tipo de descubrimiento le dieron fuerza de seguir con el proyecto cuya investigación tardó ocho años.

Faltó incluir el diseño popular

Los rescates también tienen que ver con “la identidad nacional, la polémica de tantos años sobre la autoría del diseño general para los Juegos Olímpicos del 68, con la ayuda de los textos de Eduardo Terrazas, Beatrice Trueblood, entrevistas que mantuve con Pedro Ramírez Vázquez, con la familia Vilchis, con la gente que realmente estuvo al frente de toda esta gran producción que se realizó. Fue una lástima que durante tantos años estuvimos engañados, que habían llegado un par de extranjeros a hacer este asunto. Tanto es así que Enic Satué en su libro El diseño gráfico desde los orígenes hasta nuestros días (1999) comenta que en el diseño mexicano realmente no hay gran cosa de qué hablar”.

Para el coautor Gerardo Kloss el volumen está diciendo que existimos, que el diseño gráfico existe, que en otros países sepan que en México hay esto. Está bueno, está malo, no sé, pero hay todo este corpus inmenso de trabajo. Se acabó la búsqueda de la identidad nacional en el diseño, porque está allí.

Según Paloma Ibáñez, diseñadora gráfica y rectora de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapozalco, el volumen abre brecha en la historia de esta disciplina en México. Hizo notar, sin embargo, una portada un tanto saturada de elementos.

Ibáñez también lamentó que se haya dejado fuera el diseño popular y el timbre postal, entre otros temas. La UAM ayudó con el financiamiento de la edición.