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Durante 20 años el narrador estadunidense mantuvo contacto con el inglés Donald Hartog

Correspondencia inédita muestra que Salinger no era tan huraño como se creía

Divulgan 50 cartas en el primer aniversario luctuoso del autor de El guardián entre el centeno

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Donald Hartog y J.D. Salinger, en Londres, en imagen de 1989Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de enero de 2011, p. 4

Londres, 27 de enero. La correspondencia inédita que mantuvo J.D. Salinger con un amigo inglés durante dos décadas muestra que el escritor estadunidense no era tan huraño y ermitaño como se creía, sino que viajaba y disfrutaba de aficiones populares como las hamburguesas o la televisión.

Coincidiendo con el primer aniversario de su muerte a los 91 años, una universidad británica divulgó este jueves 50 cartas mecanografiadas y cuatro postales manuscritas que el autor de El guardián entre el centeno (1951) escribió a su amigo de juventud Donald Hartog entre 1986 y 2002, que muestran el lado más humano y afable de Salinger.

Aunque las cartas son sobre temas bastante mundanos, son muy conmovedoras, especialmente la manera como Salinger se refiere a mi padre y a su vieja amistad, dijo Frances, una hija del también fallecido Hartog, quien donó la correspondencia a la Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña.

Hay una enorme calidez y afecto hacia mi padre, y eso es muy diferente de la imagen que generalmente nos han dado de él, agregó.

Contraste con el mito popular

Las cartas revelan que, en contraste con el mito popular, Salinger no vivió completamente recluido en su casa de New Hampshire, sino que viajó, visitando el Gran Cañón, las cataratas del Niágara y varios países de Europa.

En 1989 estuvo en Gran Bretaña con motivo del 70 cumpleaños de Hartog, a quien conoció de adolescente cuando los dos estudiaban alemán en Viena, en 1937, y aprovecharon la ocasión para ir a cenar al elegante hotel Savoy e ir al zoológico.

En su correspondencia, que firma simplemente Jerry, Salinger habla de su casa, del huerto que cultiva, de su familia, de su calidad de abuelo, y se interesa por los hijos de su amigo, a quienes recomienda lecturas.

Destaca también su afición por el tenis y especula sobre el ganador de Wimbledon, su interés por las series de televisión británicas y por los Tres Tenores –especialmente el español Josep Carreras–, y recomienda las hamburguesas de Burger King, sus preferidas.

A veces también hace comentarios políticos, de los que se desprende que no le gustaban los presidentes estadunidenses Ronald Reagan y George Bush (padre), y que desconfiaba de la primera ministra británica Margaret Thatcher.

No hay nada extraordinario en estas cartas, pero eso es precisamente por lo que son interesantes, dijo el profesor Chris Bisgsby, del Departamento de Estudios Estadunidenses, en un comunicado divulgado por la universidad.

“Es otro Salinger –agregó– un Salinger normal, no la persona recluida y malhumorada que la gente creía que era.”