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Argentina: termina paro de productores agrarios
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Productores rurales durante el paro, el pasado viernes, en la provincia argentina de Santa FeFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 24 de enero de 2011, p. 22

Buenos Aires 23 de enero. El paro patronal de cuatro entidades de productores agrarios reunidas en la llamada Mesa de Enlace, terminó esta noche, después de intentar paralizar la comercialización de granos, dejando a algunos dirigentes de las patronales en difícil situación, en lo que analistas calificaron como un fracaso.

Los medios masivos de comunicación antigubernamentales aquí, no pudieron sostener esta vez la amplísima cobertura que tuvo el paro de estas mismas entidades patronales del campo entre marzo y julio de 2008, cuando se bloquearon carreteras estratégicas, se ejerció violencia al impedir el paso de micros y camiones, incendiando algunos lugares en las carreteras y desabasteciendo a las ciudades.

El paro fue anodino y Eduardo Buzzi de la Federación Agraria Argentina (FAA), entidad que se originó en una auténtica rebelión rural a principios del siglo pasado, enfrenta a directivos de esa entidad que opinan que se trató de un paro patronal a favor del libre mercado y no acordaron con el paro.

Medios como Tiempo Argentino señalan esa inquietud visible en las filas de la FAA, y aunque los dirigentes de la Mesa de Enlace conformadas además de la Federación Agraria, por la Sociedad Rural Argentina, que agrupa a fuertes productores ligados con el conservadurismo político más duro del país, Coninagro, Confederaciones Rurales Argentinas, aparecieron varias veces en las primeras planas de algunos medios, el paro no despertó simpatías, ni adhesiones y evidenció las contradicciones entre las declaraciones de los productores y la realidad de las grandes ganancias que los están beneficiando.

El 12 de enero pasado los dirigentes de la Mesa de Enlace se reunieron con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, quien les ofreció la apertura inmediata del saldo de cupos de exportación de trigo. Pero los dirigentes venían preparados para no aceptar nada y llamar a un paro patronal.

A esto se agregó el planteamiento gubernamental para enfrentar la tragedia del trabajo esclavo, en el momento en que se descubren situaciones dramáticas en diversos lugares del país y un millar de trabajadores, entre ellos niños, han sido rescatados en distintos establecimientos rurales, donde estaban ilegalmente contratados y en condiciones infrahumanas. Sin embargo no hubo ninguna sensibilidad patronal frente a esta situación.

Por otra parte lo que apareció en estas horas, como señalan varios analistas, fue el problema oculto de que los exportadores y los molinos les están pagando a los productores 200 pesos menos por tonelada del precio pleno del mercado, que resulta de restarle al precio internacional los derechos de exportación vigentes, así como el costo de exportación, el mismo que se comprometen a pagar con el gobierno y que en líneas generales, nunca terminan pagando.

Hubo un cambio cultural, el paro fue un fracaso y es evidente que los reclamos de los ruralistas ya no se reciben con simpatía, señaló el titular del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi.

Por su parte, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez sostuvo que la Mesa de Enlace no logrará que retrocedamos, durante un reportaje con Página/12.

Consideró que el cese de comercialización de las entidades agropecuarias, que finalizó esta medianoche, fue impulsado por el dogmatismo de algunos dirigentes que atentan contra sus propios intereses, y afirmó que la actual cosecha representará la mayor rentabilidad del trigo de los últimos años. El gobierno cumplió con los cinco ejes de política integral del trigo, por lo cuál dijo no entender ni el sentido ni el objetivo de la protesta, ya que lo que planteaban, lo cumplimos. Al campo nunca le ha ido tan bien como en la última década.

Murió el dictador Cristino Nicolaides

El ex jefe del ejército, Cristino Nicolaides, quien integró la cuarta junta militar que asumió el poder después de la Guerra de Malvinas (1982), murió anoche en la capital de la provincia de Córdoba, a los 86 años.

Nicolaides cumplía una condena con arresto domiciliario por crímenes de lesa humanidad y especialmente en el caso del robo de niños hijos de desaparecidos, como práctica sistemática. El ex dictador no podía comparecer en el juicio oral sobre este caso porque no estaba en condiciones síquicas de afrontar el proceso. En 2007, había sido condenado a 25 años de prisión por secuestros y desapariciones de miembros de la organización Montoneros entre 1979 y 1980.