Diego Ventura, el rejoneador sevillano que hace dos domingos llenó la Plaza México y recibió alabanzas por su desempeño, dijo en rueda de prensa que, en algunas ferias de nuestro país, no lo contratan porque Pablo Hermoso de Mendoza no quiere.

En Juriquilla, Querétaro, denunció, hablamos con el empresario para hacer una corrida, pero dijo que no porque Pablo se podría... Sin redondear la frase, el andaluz dio otros ejemplos del boicot que sufre. He visto declaraciones de Mariano del Olmo y de otro apoderado, como el de Joselito Adame, en las que decían que Pablo los ha vetado por contratarme a mí. Son cosas feas que no están bien. Pablo tiene su sitio, no se lo voy a quitar, abundó.

Muy molesto, Ventura prosiguió en el mismo tono: Hay ferias en las que no puedo entrar porque Pablo no quiere que me contraten y dice a los empresarios que no me pongan porque si no él no torea más con ellos. Son amenazas tontas porque tarde o temprano torearé (en esos lugares), las plazas no se van a ir, y si no es este año será el que viene.

Machacón, confesó: No entiendo a Pablo. El ha estado aquí (en México) solo y ha hecho lo que ha querido. Pero él tiene su sitio y porque yo venga no le voy a quitar nada. Yo he toreado en la México y él toreará el 20 (de febrero, en Mixcoac), es una figura consagrada y seguirá ganando su dinero y yo el mío.

Lo cierto, al decir de los entendidos, es que por su juventud, empuje, clase y valor, Ventura está llamado a destronar a Hermoso de Mendoza, todo es cuestión de tiempo y el muchacho así parece entenderlo. Pero también es cierto que mientras no lo logre, el vasco seguirá siendo el amo.

Ayer, al inaugurar su temporada invernal de 2011 en América Latina, Hermoso de Mendoza obtuvo un triunfo de época en la Santamaría de Bogotá, donde cortó orejas y rabo al sexto de la tarde, un ejemplar de la ganadería de Ernesto Gutiérrez que también fue premiado cuando el juez ordenó que las mulas de tiro le dieran la vuelta al ruedo a los despojos del bovino.

De acuerdo con estadísticas disponibles, en la plaza de la capital de Colombia nadie cortaba un rabo desde 1956, cuando el diestro Dámaso Gómez obtuvo el último que se concedería en más de medio siglo. Montando sus caballos estrellas, como Curro, Chenel, Patanegra, Silveti, Ícaro y Saramago, Hermoso de Mendoza desorejó al primero de su lote y salió en hombros con una cosecha total de cuatro orejas y un rabo. Ventura, por su parte, estudia si regresa a la México el 6 de febrero.