El mandatario tiene control dictatorial
, evaluó el embajador Hudson en un cable
Domingo 23 de enero de 2011, p. 18
La diplomacia estadunidense pronosticó en 2006 que el presidente Zine Abidine Ben Ali habría de dejar el poder anticipadamente, pero a partir del hecho de que el mandatario tiene un control dictatorial sobre Túnez, es difícil creer que se irá voluntariamente
.
Un cable diplomático fechado el 9 de enero de 2006, difundido por Wikileaks, indica que “en un país que ha tenido sólo un presidente en 18 años, repentina e inusualmente las versiones sobre una era posterior a Ben Ali van en aumento.
Varios individuos de alto nivel y bien conectados hablaron respecto de las intenciones de Ben Ali sobre el futuro
con el embajador William Hudson, quien pese a manifestar su inquietud por la posible salida del segundo gobernante en la historia independiente de Túnez, también expresó su escepticismo al Departamento de Estado respecto de la capacidad de políticos o partidos opositores para llegar al poder.
Hudson señaló que uno de los escenarios
mencionados por sus contactos políticos era que el futuro mandatario sería un hombre preparado
por el mismo Ben Ali para tal fin.
El ahora ex presidente remplazó en el poder a Habib Bourguiba, quien gobernó 30 años desde 1957, un año después de que Túnez obtuvo su indepedencia de Francia y abandonó el régimen monárquico para convertirse en república.
Ninguna de las opciones (post Ben Ali) sugieren que Túnez será más democrático
y las relaciones con Estados Unidos se mantendrán sin alteraciones
, consideró Hudson.
Las especulaciones sobre un cambio inesperado de mando presidencial fueron alentadas en 2006 por el rumor de que Ben Ali padecía cáncer de próstata, destacó el diplomático en su informe, en el cual reconoció no tener evidencias al respecto.
Cuatro años antes de que circularan los rumores, Ben Ali y su partido, la Asamblea Democrática Constitucional, forzaron una reforma constitucional que eliminó el límite de relección a dos periodos de cinco años. Con ese cambio, en 2002, el gobernante aseguró el poder hasta 2014.
Cuando Ben Ali llegó al poder, en 1987, uno de sus argumentos fue que el primer presidente tunecino estaba médicamente
imposibilitado para gobernar y propuso acabar con la presidencia de por vida como situación de facto.
Hudson consideró en el reporte que si Ben Ali efectivamente dejara el poder en una transición tersa
, con un sucesor preparado para tal objetivo, su paso glorioso
a la historia habría sido como el primer gobernante de los países árabes que voluntaria y pacíficamente
dejara sus oficinas de palacio.
Sin embargo, el diplomático apuntó que el celoso control
ejercido por Ben Ali hacía difícil creer
que el gobernante entregaría el poder de esa manera.
“La política de Ben Ali de cambiar regularmente a sus ministros y a otros altos funcionarios –puntualizó Hudson– ha asegurado que ningún individuo tenga apoyo amplio, respeto o reconocimiento sustantivo entre los tunecinos”.