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Ver día anteriorSábado 22 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Las letras de independencia
J

uba. Con las urnas vaciadas y las primeras cuentas favorables, Sudán del Sur esperará hasta el 9 de julio para poder declarar oficial su independencia. En las calles de Juba, capital de Sudán del Sur, el nuevo himno nacional es el júbilo de la gente que lo canta con bocas llenas de felicidad.

¡Oh, guerreros negros!/levantémonos en silencio y en respeto/saludando a millones de mártires de cuya/sangre surgió la fundación de nuestra patria. Ésta es una estrofa del nuevo himno de Sudán del Sur. Las letras fueron escritas por un conjunto de poetas sudaneses con el propósito de cargar en ellas la historia de una identidad torturada. El ritmo y el tono musical empeoran con la caída del sol.

Las noches de Juba difunden los primeros signos de un pueblo moderno e independiente: prostitución, música y alcohol. Los hombres y mujeres bailan y cantan con alcohol en sus gargantas. Los bares se llenan de júbilo. Las tiendas de abastos se vacían de alcohol. Pero los chinos que las subastan son ágiles mercaderes que gritan ferozmente en números y centavos. No hablan inglés ni árabe.

Es imposible no ver a hombres asiáticos entrar y salir de tiendas y hasta de su consulado en Juba, plantado desde 2008. China ha pasado desapercibido ante los ojos y bocas que narraron el referendo del sur de Sudán para el mundo. El principal Estado que ayuda al sur de Sudán, China, construyó oleoductos hacía el norte y planea convenios para construir más hacia Kenia y Uganda. Remodela escuelas, envía ingenieros, albañiles y ciudadanos comunes. Gente que al montar negocios mueve la economía sureña que hasta ahora se esclaviza a lo que paga el norte por sus reservas de petróleo. Pero China se ausenta de las noticias aún a pesar de ser el principal inversionista en todo Sudán.

Mientras George Clooney, el senador Kerry y Jimmy Carter fueron importantes figuras estadunidenses que brillaron en reportajes de opaca investigación, a Estados Unidos le importó poco esta región. Bill Clinton contribuyó bastante al poner a Sudán en la listita negra en 1993. Aun después, por décadas, Sudán fue abandonado a sus propios términos. El norte árabe dictó el destino de una población heterogénea y adquirió riquezas insólitas. La guerra civil en los años 90 fue resultado de la injusticia y la opresión que los demás sufrían. Ahora el norte ve la oportunidad de operar a su gusto sin peligro de rebeldía tribal.

El primer movimiento que desea hacer Bashir, presidente de Sudán, es implementar de manera total la ley sharia. Sharia significa el obvio y directo camino hacia el agua, que empleado por Islam quiere decir el camino obvio y directo hacia la salvación. Este código dirige a la sociedad en todos los aspectos de la vida, desde el modo de negociar hasta la práctica religiosa. El rock, el alcohol, los bikinis, la homosexualidad, los bares y otras obscenidades occidentales son ilegales bajo la sharia. Con la independencia de Sudán del Sur, Bashir devolverá a sus ciudadanos musulmanes al camino de la salvación.

Pero no todo el norte terminará siendo musulmán ni queriendo caminar directo a la gloria eterna. En las montañas de la frontera con Sudán del Sur, la tribu Nuba luchó con el movimiento armado del sur durante la guerra civil. Ellos quieren pertenecer al sur porque no comparten, excepto hostilidad, con el norte.

Pero en el futuro de los norteños, Nuba y chinos no está previsto en las letras del nuevo himno de Sudán del Sur. Los sonidos que mueven las cuerdas de la memoria y el corazón son nidos para un pasado que corresponde al pueblo Kush de Sudán. En otra estrofa del himno nacional se canta: Oh Kush/desplieguen, brillen, levanten la bandera con su estrella guiadora/y canten canciones de libertad con alegría/Porque paz, libertad y justicia/siempre reinarán/Entonces Dios bendice a Sudán del Sur.