El técnico Manuel Lapuente dijo que no debe exagerarse la situación de las Águilas, porque apenas se ha cumplido la segunda fecha del torneo Clausura 2011: El primero lo jugamos mal, el segundo mejoramos, y se acabó. Nada más. No pasa nada con mi equipo. Esta bien, entero y con deseos de ganar.

Aunque en la conferencia de prensa de ayer en las instalaciones de Coapa no sólo consideró normal que los critiquen, sino que nos gusta, si no, no sería América; es un acicate para nosotros.

Luego señaló: No contábamos con la derrota que tuvimos (al iniciar el torneo). Fueron algunos imponderables que no pudimos evitar y se perdió, pero estamos hablando de un partido de hace 15 días, ¿por qué no hablamos del que viene?

Recordó que ante Pachuca fracasaron en hacer del estadio Azteca una fortaleza infranqueable, por lo que desde ahora contra Tigres van a luchar por eso.

Tenemos que recuperar esa ambición de que nuestra casa hay que respetarla. De que aquí saben que van a perder y que si por ahí se llevan un punto, será de milagro. Con esa mentalidad deben de venir aquí a jugar los equipos, afirmó.

“Duramos veintitantos partidos –continuó– sin perder en nuestro estadio y vamos por otros 20, porque así debe de ser.”

Sobre su decisión de dejar en la banca al argentino Daniel Montenegro, en el arranque del pasado encuentro ante Jaguares, indicó que simplemente fue táctica. A mí la directiva me entrega 26 jugadores que están bajo mi mando y yo decido quién juega y quién no.

Añadió que antes de empezar la temporada habló muy claro con ellos “y les dije: señores aquí es así. Nadie tiene comprado el puesto ni asegurado, pero definitivamente no es por baja de juego ni por indisciplina. Simplemente no era conveniente meter al Rolfi en el primer tiempo, sino en el segundo para atacar con todo”.

Para el duelo ante Tigres aseguró que se verá a un América ambicioso, con deseos de ganar.

Sobre la visita que el jueves les hizo el técnico nacional, José Manuel de la Torre, el timonel confió que hablaron de jugadores –no quisiera dar nombres– que el Chepo ya conoce, porque acuérdense de que él estuvo aquí; cuál ha sido el desarrollo de ellos, cómo viven, cómo están, cómo se comportan. Ese tipo de cosas que simplemente me consultó.