El aumento de la demanda nacional de maíz para consumo industrial y pecuario y el bajo crecimiento de la producción han ocasionado que en el país se cuente con un inventario del grano sólo para poco más de un mes y medio.

Por ello se espera que la próxima cosecha de invierno, principalmente la de Sinaloa, ayude a satisfacer la demanda, informó Carlos Salazar, secretario general de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México.

Advirtió que de no obtenerse mayores resultados en la producción nacional, tendremos un problema serio en los próximos meses, por lo que apremió a aplicar estrategias para aumentar en 30 millones de toneladas o más la producción de los granos blanco y amarillo, que actualmente es mayor a 24 millones de toneladas.

En las estimaciones más recientes de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) la producción de maíz del ciclo agrícola 2010 será de 24.2 millones de toneladas, la de frijol de 1.2 millones y la de sorgo de 7.2 millones, cifras 20, 18 y 17 por ciento superiores a las de 2009, respectivamente.

En cuanto a la producción de trigo, confió en que habrá una recuperación de la producción para situarse en casi 4 millones de toneladas.

Según la confederación de maiceros, de 2008 a la fecha la producción se ha mantenido por encima de 24 millones de toneladas, pero ya es insuficiente, dijo, debido a que el país enfrenta una doble dificultad: atender el aumento en el consumo de la población y la creciente demanda de granos para el sector pecuario, que al cierre de 2010 era superior a 10 millones de toneladas.

Frente al escenario de la disminución de los inventarios mundiales del grano –que según estimaciones en las semanas pasadas cayó al nivel más bajo en 15 años–, México cubrirá sus necesidades en un mercado de precios caros, donde el mayor exportador –Estados Unidos, que cubre 80 por ciento de las ventas internacionales– cuenta con pocas reservas, aseveró.

A lo anterior, dijo, se suma la falta de ingreso suficiente para la mayoría de la población, la cual va a destinar más dinero a la tortilla, por lo que aumentará la demanda de granos.

Por su parte, el Comité Nacional del Sistema Producto Trigo consideró que el ciclo agrícola de este producto obtendrá un buen precio de venta, principalmente debido a la demanda al alza en los mercados.

El organismo indicó que aunque existe un déficit de alrededor de 3.7 millones de toneladas de trigo para atender el consumo nacional, no hay razones para alzas (en los derivados del cereal) en este momento, debido a que la industria del pan y la harina siempre cuenta con inventarios para dos meses.

La Sagarpa ha informado que ante la presión al alza de los alimentos y el temor de un posible desabasto por costos, el gobierno federal gastará este año 9 mil millones de pesos en seguros.

Protestas en estados

La Central Campesina Cardenista anunció que en los 28 estados donde tiene presencia iniciará una campaña de protesta contra la escalada de precios en la canasta básica, con el fin de obligar a autoridades e iniciativa privada a considerar la mala economía de las familias rurales y urbanas para acceder a los alimentos mínimos indispensables, como leche, huevo, maíz, arroz, frijol y trigo, entre otros productos.

La agrupación no vislumbra un escenario alentador en 2011, dijo, por lo que consideró oportuno que se aplique sin subejercicios el Programa Especial Concurrente, que este año será de 293 mil millones de pesos.

En un comunicado, Max Correa, dirigente de la central, dijo que la liberación de los fondos evitará un mayor deterioro en la producción de los pequeños y medianos productores, la migración y la incorporación de nuevas generaciones al crimen organizado.

Reiteró que el alza de precios en los productos de la canasta básica y la baja inversión del gobierno federal para impulsar al campo orilla a que seamos una nación dependiente de las importaciones, por lo que realizarán la campaña de protesta.

Llamó a organizaciones campesinas, sociales y sindicales a reflexionar sobre el rumbo del campo, para unificar criterios y luchar por la soberanía alimentaria y la estabilidad económica, mediante un gobierno emanado de la sociedad, no de intereses partidistas o empresariales.