El cantautor catalán se presentará en el Auditorio Nacional el 4 y 5 de febrero
Una parte del espectáculo es de los temas de Hijo de la luz y de la sombra, segundo disco dedicado al literato; la otra, un recorrido por su trayectoria
Lo acompañan seis músicos
Miércoles 19 de enero de 2011, p. 8
Joan Manuel Serrat, uno de los cantautores consentidos del público mexicano, vuelve al país; actuará en el Auditorio Nacional el próximo 4 y 5 de febrero. Tras una larga gira por España y Sudamérica, el artista catalán ofrecerá un espectáculo dividido en dos partes, al mismo tiempo diferentes y complementarias, que reflejan la vitalidad y el talento de este legendario creador y que será una gran sorpresa para los asistentes.
Algunas de las canciones que el público ha aplaudido más compartirán el escenario con un recorrido por la obra de Miguel Hernández, a quien el catalán dedica, por segunda vez en su carrera, un trabajo discográfico al que tituló Hijo de la luz y de la sombra, con motivo del centenario de natalicio de ese poeta fundamental de España, aniversario que se conmemoró en 2010.
Sus recientes y exitosos conciertos en Buenos Aires, Argentina, reiteraron el interesante esquema del montaje, en el que Serrat se hace acompañar por una banda de seis integrantes, algo que no había ocurrido desde hace varias giras.
La primera parte del concierto está dedicada a Miguel Hernández, con una mezcla de los poemas que el catalán musicalizó en el disco de 1972 y los de 2010, que son ilustrados en pantallas gigantes con toda una serie de contundentes imágenes. La acertada selección del repertorio ha dejado satisfecho al auditorio que bien podría concluir así el show, pero la buena noticia es que da paso a una segunda, igualmente bien lograda.
Paseo por los grandes éxitos
Esa segunda parte es puro Serrat; un paseo por sus grandes éxitos, muchos de ellos con nuevos arreglos. Ello permite redescubrir esas canciones de siempre, con el complemento de la banda y de una creativa iluminación. En resumen, puede afirmarse que se trata de uno de los espectáculos más completos que Joan Manuel ha entregado en muchos años.
Desde el comienzo de esta gira, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el espectáculo se inicia con el poema de Miguel Hernández, declamado por una voz en off: Me llamo barro, aunque Miguel me llame/ barro es mi profesión y mi destino/ que mancha con su lengua cuanto lame...
El diario Público en su crónica del estreno en Madrid señaló: Cuando parece que ya está todo dicho, ahora que apenas nadie vive como predica, Serrat viene a reivindicar la palabra ajena que nos hace mejores. Y anoche lo hizo con esmero, en un recital dramático como quizá no se había escuchado antes en su voz de 66 años...
Del poeta que ahora deconstruye Joan Manuel Serrat, Miguel Hernández, que mejor las palabras iridiscentes de Agustín Sánchez Vidal, catedrático en historia de cine, ensayista, guionista y novelista, quien describe: “Esta segunda entrega hernandiana no es una simple prolongación de la que hizo Joan Manuel Serrat hace 38 años. Supone algo distinto, una relectura atenta, que amplía y enriquece considerablemente la primera. Mucho ha cambiado entre tanto la percepción del poeta. Cuando murió, en 1942, su obra impresa no llegaba a las 500 páginas. De ellas, el franquismo sólo permitió la libre circulación de unas 200. Y hubo que esperar a 1960 para que la edición argentina de Losada alcanzara el millar. Sobre ese corpus se asentaba aquel álbum, que tantos caminos abrió... Las obras completas aparecidas en 1992 acrecentaron al escritor hasta las dos mil 500 páginas. Ése es el Hernández espigado para culminar Hijo de la luz y de la sombra, en la que el cantautor no ha dudado en arriesgarse, yendo a buscar los versos hasta los rincones más escondidos. Y si en 1972 se habían rehuido tantas obviedades, ahora se ha ido todavía más lejos, ensanchando todos los registros: poemas de adolescencia, formación y tanteo; de tránsito, experimentación y plenitud; de repliegue, depuración y balance...”
Sánchez Vidal continúa: “... El insuperable cierre lo pone la canción Hijo de la luz y de la sombra, convertida ya en una de las cumbres de Serrat, con su magistral condensación del extenso poema original. Todo rezuma plenitud en ella, por medio de su intenso recitativo, celebrando el sacramento de la vida, ese pozo de misterio donde se transmiten y sellan las estirpes, el imán de los cuerpos proyectados hasta la dimensión cósmica de la que proceden.
Miguel Hernández llegó a concebir su poesía como un itinerario desde el negro de la tinta hasta el cárdeno de la sangre. No se refería sólo ni principalmente a la vertida en las trincheras, sino a la que nutría los sentimientos y enfebrecía los tinteros hasta volverlos rojos y trémulos, en pudorosa metáfora del corazón. Pues un similar proceso de madurez puede advertirse entre los dos discos que le ha dedicado el cantante, desde aquel primero de luto riguroso a este otro en negro y rojo...
Joan Manuel Serrat estará en el Auditorio Nacional el 4 y 5 de febrero a las 20:30 horas. Los boletos se pueden adquirir en las taquillas del inmueble y en el sistema TicketMaster en el 5325- 9000. Los precios son de 200 a mil pesos. Más información en www.ticketmaster.com.mx y www.jmserrat.com.