Miércoles 19 de enero de 2011, p. 29
México ocupa el tercer lugar entre las diez economías en desarrollo con mayores flujos financieros de procedencia ilícita en el mundo, con 416 mil millones de dólares acumulados desde 2000 a 2008, reveló un documento elaborado por Global Financial Integrity.
De acuerdo con el reporte Flujos financieros ilícitos provenientes de países en desarrollo 2000-2008, ese monto de recursos de procedencia ilícita equivale a 42 por ciento del producto interno bruto (PIB) mexicano de todo 2008.
El estudio señala respecto al ingreso de capital ilícito, que México se encuentra sólo por abajo de China y Rusia, que ocupan los primeros lugares en esa materia. Según el documento, China captó 2 mil 180 billones de dólares durante el periodo analizado, mientras Rusia atrajo 427 mil millones de dólares.
“México es el único país petrolero donde la facturación fraudulenta es el método preferido para la transferencia al exterior de fondos ilícitos, mientras el soborno, robo, cobro de comisiones, desfalco y evasión fiscal fueron los principales conductos de dineros ilícitos provenientes de Venezuela y los demás países petroleros, señala el documento de Global Financial Integrity.
Indica que las pérdidas causadas por actividades criminales y corrupción ascendieron a 416 mil millones de dólares durante los ocho años analizados, y que comprenden el último año de gobierno de Ernesto Zedillo y los ocho primeros de administraciones panistas, encabezadas por Vicente Fox y Felipe Calderón.
En América Latina la lista de países que captaron recursos ilícitos la complementan Venezuela, que ocupa el octavo lugar, con 157 mil millones de dólares, seguida por Argentina, con 90 mil millones, y Chile con 80 mil millones.
El resto de los países que integran la lista son Arabia Saudita, Malasia, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Nigeria.
Raymond Baker, director de Global Financial Integrity, señala en el documento que los flujos ilícitos provenientes de países en desarrollo superan 10 veces los fondos oficiales de cooperación para el desarrollo. Para contrarrestar la incidencia del flagelo, el organismo plantea la necesidad de incrementar la transparencia del sistema financiero global.