Morelia, Mich., 17 de enero. A los 101 años de edad, 50 después de haber trabajado en Estados Unidos como parte del Programa Bracero¸ el campesino Serafín Duarte Flores al fin pudo cobrar 38 mil pesos del fondo de ahorro a que tenía derecho.

Duarte Flores fue uno de los 350 mil migrantes mexicanos contratados legalmente entre 1942 y 1964 para trabajar en los campos estadunidenses. De acuerdo con Jorge Durand, autor del libro El Programa Bracero (1942-1964), los patrones retenían a los trabajadores 10 por ciento de su salario como fondo de ahorro, dinero que depositaban en los bancos estadunidenses Wells Fargo y Union Trust Co., que a su vez lo enviaban al Banco Nacional Agrícola de México.

Según el dirigente de la organización Braceroproa, Ventura Gutiérrez, así funcionaron las cosas poco menos de una década.

Una vez concluido el programa (que duró 22 años), por medio de un fideicomiso el gobierno de Estados Unidos entregó al de México el dinero del fondo de ahorro para que lo recibieran los trabajadores mexicanos, pero no ocurrió así.

En 1998 dio inicio el movimiento de los ex braceros en demanda de esos ahorros, los cuales sólo cobró menos de un tercio de los beneficiarios originales.

Serafín Duarte recuerda que los contratos eran de tres a seis meses. Durante medio año trabajó en Texas, en la limpia de tierras para la siembra de algodón, así como en la pizca y cosecha de cebolla y papa: Se trabajaba mucho, se ganaba poco. Era muy duro el calor del verano y el frío de invierno. Después fue trasladado a California, donde cosechó naranja; una temporada trabajó en una brigada forestal.

La falta de centavos me obligó a ir al otro lado en 1951. Me fui en tren a Chihuahua. No había dónde se quedara la gente, Muchos se iban a las arboledas de afuera de la terminal y otros dormíamos debajo de los vagones. Todos los días llegaban más de 500 pasajeros. La mayoría iba sin contrato, y aunque el paso de la frontera era casi libre, muy pocos conseguían trabajo.

Duarte nació en el rancho El Fresno en Morelia, en julio de 1909. A los nueve años quedó huérfano. Desde entonces trabajaba en las tierras de sus abuelos.

En Estados Unidos me pagaban muy poquito, y no valía tanto el dólar. Pero teníamos un catre y comida. Así que la mayor parte de lo que ganaba lo enviaba a mi familia. Después de nueve años dejó de viajar. Tenía que atender a sus hijos, y con el dinero que guardó compraron algunos animales para el rancho.

Al finalizar la década de 1950 regresó a El Fresno para sembrar maíz, frijol y lenteja, además de criar vacas y caballos, pero era complicado mantener a sus 10 hijos y su esposa. Después de cada cosecha tomaba dos bestias para llevar algunos costales de granos a Morelia, adonde tardaba seis horas en llegar.

Hace 30 años se mudó con su familia a la capital michoacana porque la tierra ya no les daba para comer, el ganado lo robaban y los productos del campo los querían casi regalados. Conservó parte de su rancho para sembrarlo con un vecino y obtener alimentos.

Su familia perdió parte de sus tierras con el reparto agrario realizado durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, y es que había otros más pobres, pero ni así se compara con la vida de hoy. Ahora hay mucha hambre.

Hace dos semanas, antes de que la Federación pagara 38 mil pesos del fondo de ahorro, el gobierno del Estado prestó dinero a Duarte y a otros 71 ex braceros enfermos y discapacitados.

El gobernador Leonel Godoy Rangel fue al domicilio de Serafín Duarte y le entregó el cheque en calidad de préstamo. Ahora que ha recibido su pago, después de más de 50 años de espera, pagará su deuda.