El actor regresa a la gran pantalla con la comedia Morning Glory
Abren espacios donde la gente confirma sus prejuicios políticos
, afirma
Viernes 14 de enero de 2011, p. a10
Madrid. Hacía años que Harrison Ford no aparecía en una comedia, y aunque nunca fue muy amigo de los periodistas, ahora encarna a un engreído reportero en Morning Glory, el nuevo trabajo del director de Notting Hill, Roger Michell.
Creo que aún quedan muchos periodistas respetables, pero lamentablemente cada vez hay menos objetividad
, dijo el actor, quien se encuentra en Madrid promocionando la película junto con Michell y la protagonista, Rachel McAdams (Mean Girls, The Notebook).
En su opinión, ahora “hay una nueva versión que obedece más al marketing, pero eso no es periodismo. Esas noticias simplemente establecen un espacio donde la gente confirma sus prejuicios políticos”, agregó.
Morning Glory recupera el formato de las comedias clásicas de los años 40 para contar la historia de la joven y entusiasta productora Becky Fuller (McAdams), a quien le llega la oportunidad de su vida cuando le ofrecen sacar a flote un programa matutino con los peores índices de audiencia de Estados Unidos.
En su intento por recuperar espectadores, la novata productora consigue llevar al programa al periodista más reputado de la cadena, a quien da vida Ford. Pero éste detesta las noticias matinales y sus estrambóticos temas, y para colmo tendrá que lidiar con la copresentadora del matutino, una ex reina de la belleza (Diane Keaton) sin demasiado sentido del ridículo y dispuesta a hacer lo que sea en directo.
Lo que me gustó de este guión es la calidad del lenguaje y su inteligencia, no sólo en las partes cómicas, sino también en los personajes
, afirma Ford. Muy al estilo de su personaje en el filme, comentó sereno que se siente feliz de interpretar papeles secundarios siempre que formen parte de películas interesantes
.
Del papel que, al menos de momento, no quiere despedirse es del mítico Indiana Jones. Según declaró, volvería a echar mano del látigo si hubiera un guión en el que Steven Spielberg y él estuvieran de acuerdo
. No creo que me supere físicamente
, dijo Ford, que a sus 68 años sigue teniendo porte de galán maduro.
Para McAdams, si el filme tiene alguna moraleja, esta sería que las mujeres deben aprender a pedir ayuda de vez en cuando. Somos tan buenas en tantas cosas que tenemos tendencia a dejar a los demás de lado
, pero también hay que saber delegar, señaló la actriz. Y, de momento, ella tiene muy claro qué no haría nunca: películas de miedo.
Estaría tan aterrorizada que ganaría un Óscar por lo convincente que resultaría
, bromeó.
Ford se manifestó en contra de la piratería y declaró que por supuesto
defiende la protección de los derechos de autor y la propiedad intelectual. Y aunque el cine sea un negocio y se hagan películas para atraer a una cierta audiencia, reivindicó las comedias inteligentes frente a la tendencia actual de dirigirlas a un público adolescente.
Algo que han logrado en buena medida Mitchell, el productor de Lost (JJ, Abrams) y la guionista de El demonio se viste de Prada (Aline Brosh McKenna) en algunos de los gags de Morning Glory. El lado más gris lo ponen los tópicos facilones –no falta el incipiente romance entre la novata productora y el guapo de la cadena– y el abuso de clichés sobre el mundo de la televisión.