La lucha del compositor y pianista Sergei Prokofiev (1891-1953) en su natal Rusia para eludir a las autoridades del régimen socialista, que imponían severas restricciones a la creación artística y sanciones a quienes discrepaban de la visión oficial, es la premisa de la Orquesta Sinfónica de Chicago al lanzar la pregunta ¿Propaganda pura?, título del concierto didáctico de la quinta sinfonía.

La Sinfonía 5 en Si bemol (1944) de Prokofiev, de las más interpretadas del creador de Pedro y el lobo y del ballet Cenicienta, inauguró este año las presentaciones del ciclo Beyond the score (Más allá de la partitura) el pasado 7 y 9 de enero, con una pantalla en gran formato como telón en el teatro Symphony Center, con la consigna de concebir un documental con vida propia, que se transforme en una obra de arte, al mismo tiempo que permite explicar y escuchar la música.

La historia detrás de las grandes obras maestras es revelada en el ciclo, mediante conciertos en vivo y material en Internet, que busca acercar al público a la música de concierto al desentrañar el testimonio que guardan las notas: el contexto histórico, cómo se manifestaron en la pieza y detalles de la vida del autor que se resguardan entre redondas y corchetes. Las herramientas son las voces de los instrumentos que se aprestan a rendir declaración, dramatizaciones de actores, imágenes y videos documentales.

El reconocido Pierre Boulez, director emérito de la Sinfónica de Chicago, dice en su papel de presentador: la obra de arte nunca nace de la nada. Es compuesta, escrita y pintada en cierto tiempo, dentro de cierta sociedad, en cierto momento de la historia.

Con presentaciones en vivo, además de material multimedia en la página beyondthescore.org y en Youtube, el ciclo permite acercarse a la música orquestal de forma didáctica, plena de detalles históricos que caracterizaron a las composiciones.

Secuencias cinematográficas de Prokofiev y de una era de guerra, imágenes pocas veces proyectadas, permiten comprender el contexto de la quinta sinfonía, la primera que compuso después de su regreso a la Unión Soviética, en 1935, pues vivió casi 20 años fuera de su país. Volvió a su patria como un músico reconocido, autor de conciertos y sonatas para piano, óperas y ballets, destacando Romeo y Julieta.

Pero su retorno no fue fácil, ya que el régimen soviético imponía un estilo realista a los músicos. En 1944, Prokofiev escribió su quinta sinfonía, de las más melodiosas y paradójicas, escrita entre el estruendo de la Segunda Guerra Mundial, cuando el sistema demandaba la inspiración de artistas. Sufrió en carne propia la severidad del régimen: su esposa Lina Llubera fue condenada a 20 años en un campo de trabajos forzados. Otras veces sorteó imposiciones.

Música de Elgar, en marzo

La siguiente presentación en vivo del ciclo Beyond the score está programada para marzo, alrededor de las Variaciones Enigma, del inglés Edward Elgar (1857-1934). La invitación de la orquesta destaca que por 200 años ningún compositor británico se distinguió, e inesperadamente un músico provinciano publicó una extraña pieza orquestal, una serie de variaciones con un tema desconocido que en cada movimiento retrataba a uno de sus amigos. Cuando se estrenó, en 1899, un criticó manifestó: es un hombre que sabe lo que quiere decir y cómo hacerlo.

Para quienes no se encuentran en Chicago, el sitio beyondthescore.org, así como una liga en Youtube, ofrecen un menú de videos en los que se analiza la obra de otros autores: el anhelo por su tierra natal del checo Antonin Dvorák, en su Sinfonía del Nuevo Mundo; las salvajes disonancias sonoras de Béla Bartók, en el ballet El mandarín maravilloso; La consagración de la primavera, del ruso Ígor Stravinski, o Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi.