En el contexto del asesinato de más de 30 personas el pasado fin de semana en Acapulco, Guerrero, y de los recientes hechos violentos en Nuevo León, el secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Alejandro Poiré, justificó la estrategia anticrimen del gobierno federal al afirmar que se está debilitando como nunca a todas las organizaciones criminales del país, causándoles un daño severo e irreparable a sus estructuras de organización.

Sostuvo que los ajusticiamiento ocurridos en Guerrero en los días recientes es resultado de la lucha de dos grupos criminales –no precisó cuáles– por el control de esa plaza y por la inacción del gobierno de esa entidad por no contar con corporaciones policiacas confiables.

En conferencia de prensa, agregó que en el segundo semestre de 2010 se redujo la tendencia de los asesinatos vinculados al crimen organizado con respecto a los seis primeros meses del año anterior, y que 70 por ciento de las muertes ocurrieron en Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas.

Destacó también que 51 por ciento de los líderes criminales más peligrosos de México –identificados así por la Procuraduría General de la República (PGR) en marzo de 2009– han sido abatidos o capturados, lo que significa que en este rubro se ha hecho ya más de la mitad de la tarea.

Poiré rechazó también que, ante la captura o muerte de líderes criminales, el liderazgo de las organizaciones se reproduzca por generación espontánea, con la misma capacidad delictiva, y aseveró que la acción de las fuerzas federales ha consistido en derrumbar enormes árboles torcidos, que han hecho mucho daño, que pudieron crecer durante mucho tiempo, y cuyos retoñitos no se permitirá que vuelvan a crecer igual que antes.

Después de que se dio a conocer la ejecución de una treintena de personas en Acapulco en días pasados, Poiré señaló que en Guerrero es indispensable reforzar la presencia federal, porque es gracias a la presencia de la fuerza federal como es posible reducir la violencia, limitar las actividades de los criminales, y también que se reconstruya, con el esfuerzo y la responsabilidad de las autoridades locales, sus instituciones de seguridad y justicia.

Es indispensable que no sea exclusivamente la fuerza federal la que tenga que estar llevando a cabo todas las funciones de seguridad, de todos los rincones del país y de todos los casos, señaló.

Al respecto, en una reunión en la ciudad de México, el secretario de Gobernación, Francisco Blake, acordó con el gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, estrechar la coordinación para enfrentar con mayor eficacia a los grupos criminales, además de que suscribieron un protocolo entre autoridades federales y estatales para regular las acciones coordinadas para garantizar condiciones de seguridad y gobernabilidad en los próximos comicios en la entidad.

Por otra parte, Poiré añadió, en la conferencia de prensa que se realizó en la residencia oficial de Los Pinos, que además de lo ocurrido en Guerrero, en donde esta en lucha esa plaza entre los grupos criminales, el gobierno federal ve “un debilitamiento sistemático de toda la estructura criminal del cártel del Golfo y de los Zetas, sobre todo en el noreste del país”.

El funcionario elogió la labor realizada por el gobierno federal en la lucha anticrimen, y al mismo tiempo llamó la atención en que, además de Nuevo León, en donde “se están dando pasos para la reconstrucción institucional –como es la depuración de las corporaciones policiacas, la creación de un grupo estatal antisecuestros y la paulatina homologación de sus agentes con los de la Policía Federal–, ahora le toca su parte a Tamaulipas, “donde hay compromisos pendientes.

Hay que decirlo: en muchas entidades estamos combatiendo de manera muy fuerte al crimen organizado, y todavía no le acabamos de dar la vuelta al tema de la violencia; tiene que ver con que los avances en compromisos (de los estados) que tienen más de dos años no son los adecuados.

Comentó que el operativo federal en Michoacán contra La Familia continúa, con el apoyo del gobierno estatal, y que seguirá “no solamente en la búsqueda de los cuerpos de los líderes –particularmente el de Nazario Moreno González, El Chayo–, sino fundamentalmente para garantizar la paz y la seguridad, y de llevar ante la justicia a los distintos cabecillas criminales que todavía están presumiblemente en la entidad, indicó.

Añadió que el cártel de La Familia está en retirada, y que su estructura en Michoacán, después de la ofensivas de diciembrepasado, quedó con un debilitamiento muy notorio.

El secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública desacreditó el informe Stratfor, que prevé que este año se incremente la escalada de violencia y se reagrupen los cárteles mexicanos en una federación para enfrentar a los Zetas.

Señaló que todas las organizaciones criminales están debilitadas, entre éstas la que encabeza Joaquín El Chapo Guzmán, quien de acuerdo con dicho informe sería el que encabezaría esa federación.