En 2010 los insumos que emplea la industria del vestido se incrementaron hasta 107 por ciento, lo que repercutió principalmente en las empresas de menor tamaño: 235 micro, pequeños y medianos talleres habían cerrado sus puertas hasta octubre.

Según la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CNIV) en los primeros 10 meses del año pasado (último dato disponible) el precio internacional del algodón tenía alza acumulada de 40 por ciento; el de las fibras químicas, 23 por ciento; la fibra de algodón, 34 por ciento, el hilo de coser del mismo material, 107 por ciento y el tejido plano de algodón subió 9 puntos porcentuales.

Las alzas tuvieron impacto marginal en la planta fabril (apenas cerró 3 por ciento del total de los talleres), pero los más afectados fueron empresarios de menor tamaño.

De las 9 mil 145 empresas que integran la industria del vestido, 73 por ciento (6 mil 718) son micro; 17 por ciento (mil 582), pequeñas; 7 por ciento (615), medianas y 3 por ciento (230), grandes empresas.

Por tamaño, cerraron hasta octubre 173 micro; 63 pequeñas y 5 medianas empresas, mientras las grandes fueron las únicas que crecieron, con la apertura de 6 unidades. Además de las alzas en el precio de los insumos, la piratería es otro flagelo que ha golpeado a la industria.

Según estimaciones de la Cámara Americana de Comercio (American Chamber) el año pasado las pérdidas por piratería en México (donde se incluyen productos como cedés, devedés, calzado, software, juguetes y ropa) ascendieron a 975 mil 767 millones de pesos, cifra que según el mismo organismo podría llegar al billón de pesos en 2014.

En varias ocasiones el sector vestido ha denunciado que a escala nacional seis de cada 10 prendas de vestir que se comercializan provienen de la ilegalidad (piratería, contrabando y robo), proporción que continúa.

Según la Administración General de Aduanas (Aga), desde 2009 las importaciones de ropa, principalmente las provenientes de países asiáticos han invertido la relación valor-volumen de manera dramática.