El vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, señaló que se debe aguardar que la justicia determine si hay responsabilidad por parte de David Romo Guillén, arzobispo de la Santa Muerte, detenido como sospechoso de formar parte de una banda de secuestradores.

Seríamos injustos al declararlo culpable cuando todavía le espera un juicio, dijo al llamar a los fieles a alejarse de aquel culto, porque es una creencia supersticiosa y con conotaciones diabólicas que lucra con la ignorancia de la gente y se está convirtiendo en la advocación preferida del crimen organizado, de narcotraficantes y secuestradores.

Por su parte, el abogado de Romo Guillén –detenido el pasado 17 de diciembre–, Salvador Flores, informó que el arzobispo primado de la Iglesia Santa, Católica, Apostólica y Tradicional México-Estados Unidos, le entregó un documento en el que expresa a sus feligreses que deben separar el asunto legal en que se le involucra y la congregación que representa.

En el escrito refrenda que fue objeto de tortura y que confía demostrar en los tribunales que desconocía la procedencia del dinero, el cual era un préstamo concedido por seguidores, de los cuales desconocía las actividades a las que se dedicaban.

Añadió que los recursos eran para iniciar la construcción del templo en la colonia Morelos”.

El litigante destacó que haber retirado el dinero de una institución bancaria no lleva a Romo Guillén a ser considerado integrante de una banda criminal y añadió que el padre comienza a desesperarse, quisiera que esto se resolviera a la brevedad porque su esposa, con ocho meses de embarazo, está arraigada.

En tanto, Valdemar, en declaraciones a la agencia católica ACI Prensa y subidas al portal de la arquidiócesis, indicó que el culto a la Santa Muerte es una devoción contraria al cristianismo y es la preferida del crimen organizado, que tanto daño le está haciendo al país.

Admitió que mucha gente concurre a esos cultos por falta de mayor compromiso evangelizador de la Iglesia católica.