La transmisión puede evitarse en embarazo y parto, pero eso aún no ocurre aquí: Censida
En el IMSS se hace la prueba sólo a 6% de gestantes
Cesáreas y no lactar, de las medidas anticontagio
Domingo 2 de enero de 2011, p. 29
La transmisión del VIH/sida durante el embarazo y el parto se puede evitar con una detección oportuna y el uso de medicamentos, pero eso aún no ocurre en México, donde sólo a 6 por ciento de las embarazadas, derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se les realiza la prueba clínica para descartar la infección.
De acuerdo con información del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida), en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) la situación es peor, con menos de uno por ciento de exámenes. En cuanto a los servicios médicos dependientes de la Secretaría de Salud (Ssa), la oferta de la prueba llegó 43 por ciento de las gestantes, debido principalmente a que desde 2008 esta es una estrategia prioritaria de la dependencia.
Pruebas Elisa y Western Blot
Resultado del insuficiente número de estudios de laboratorio (Elisa y Western Blot, este último confirmatorio), en México viven alrededor de mil 600 niños menores de 15 años con VIH/Sida. La mayoría de ellos –unos mil 400– ya han sido diagnosticados como casos de sida y están en tratamiento médico con antirretrovirales. El resto –poco más de 400– están en el grupo de infectados, portadores del virus, sin manifestaciones de enfermedad.
Lo anterior ocurre a pesar de que desde mediados de los años 90, los científicos informaron cuáles son los mecanismos que permiten evitar la transmisión del VIH en el embarazo, parto y puerperio. Entre otras medidas, la detección del virus en la madre, el seguimiento de una terapia antirretroviral específica y medidas profilácticas en la atención del parto, como la realización de cesárea para reducir al mínimo el riesgo de transmisión. Después del nacimiento, los especialistas recomiendan que se evite la lactancia materna.
Este conocimiento no ha servido para evitar la transmisión del VIH de madre a hijo, indican estadísticas de Censida, según las cuales entre 1983 y 2008 el número de recién nacidos contagiados pasó de cero a poco más de 100 por año. Los picos máximos se registraron en 2002 y 2003, en cada uno de los cuales se reportaron 160 casos.
En los años posteriores hubo un descenso, el más notable entre 2007 –con 150 afectados– y 2008, cuando se reportaron 100 niños con sida.
Respecto a la detección temprana de la infección por VIH en embarazadas, destaca el caso del IMSS, organismo que atiende 40 por ciento de los nacimientos del país. A diario se registran aproximadamente mil 434 alumbramientos, pero sólo a 6.4 por ciento de las derechohabientes se les realizó la prueba de detección de VIH en 2008, según información oficial.
Para el Censida, la prevención de la transmisión perinatal es una de las actividades de imperativo ético
que se reforzará en 2011. Datos del mismo organismo señalan que 26 por ciento de quienes viven con VIH/sida en México son mujeres, la mayoría de las cuales adquirió la infección por contacto sexual.
La feminización de la enfermedad es un problema creciente, y así se observa en el incremento que cada año ha tenido la relación hombre-mujer en el padecimiento. Mientras a mitad de la década de los 90 por cada seis varones infectados había una mujer, en 2010 la relación fue de 4.6 a una.
Destaca la situación que prevalece en Tabasco (4.1-1), Veracruz (3.7-1), Oaxaca (3.6-1), Campeche (3.5-1), Puebla (3.4-1), Hidalgo (3.4-1), Morelos (3.4-1), Tlaxcala (3.2-1), Guerrero (3.1-1) y Chiapas (2.7-1), estados donde el indicador está por debajo del promedio nacional.
En cambio, la detección de sífilis está más extendida en el sistema nacional de salud, de acuerdo con los datos de Censida. En 2008, el IMSS realizó dicho examen a 89.1 por ciento de las derechohabientes embarazadas, mientras en la Ssa el indicador se ubicó en 45.8 por ciento. La información del ISSSTE no estuvo disponible.