Luis Cárdenas Palomino, jefe de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal (PF) afirmó: “A partir de la muerte de Nazario (Moreno González, El Chayo), La Familia Michoacana, como la conocimos, quedó completamente desarticulada; lo que estamos viendo son los pequeños grupúsculos que quedaron sueltos y completamente desorganizados, que están siendo mucho más vulnerables al actuar de las autoridades y, en ese sentido, podría decir que habrá alguno que otro líder pequeño con una célula, pero están próximos a ser detenidos por cualquiera de los tres niveles de gobierno”.

En contraste, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y la Procuraduría General de la República (PGR) refieren en informes que aún cuando han sido detenidos entre 2008 y 2010 más de 20 jefes de plaza y operadores de esa organización criminal, el mando de La Familia sigue en manos de sus fundadores.

Incluso, el gobierno ofrece recompensas que van de 3 a 30 millones de pesos por los más importantes dirigentes, líderes ope- rativos, financieros y regionales, entre ellos José de Jesús, El Chango Méndez Vargas; Servando Gómez Martínez, La Tuta; Dionisio Loya Plancarte, El Tío; Enrique Plancarte, El Kike.

De acuerdo con la información contenida en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/467/ 201, en la que se acusa al ex diputado federal, Julio César Godoy Toscano, de la comisión del delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, se da cuenta de la estructura y liderazgos de esa organización criminal.

Hasta antes de diciembre de 2010, la estructura más importante de La Familia era, de acuerdo con información de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO): Nazario Moreno González, El Chayo, y José de Jesús Méndez Vargas, El Chango, como líderes máximos; Servando Gómez Martínez, La Tuta; Enrique Plancarte Solís, El Kike, y Dionisio Loya Plancarte, El Tío, como jefes de la estructura operativa, financiera y de trasiego. Como los principales operadores se encuentran Ignacio Andrade Rentería, El Primo; Saúl Solís, El Lince; Gregorio Abeja Linares, El Güero, y Santiago del Río Zamudio, Ney del Río.

Entre los operadores y jefes de plaza detenidos entre 2008 y 2010 se encuentran Carlos Delgado Cendejas, El Cocacolo (julio de 2010), Arnoldo Rueda Medina, La Minsa (julio de 2009), Rafael Cedeño, El Cede (abril de 2009) y Miguel Beraza Villa La Troca (agosto de 2009), quienes operaban en los municipios de Morelia, Uruapan y Lázaro Cárdenas.

Sin embargo, entre los señalados como líderes y operadores máximos de la organización que aún se mantienen activos y por los cuales las autoridades ofrecen hasta 30 millones de pesos por información que lleve a su captura, se encuentran Servando Gómez Martínez, Jesús Méndez Vargas y Dionisio Loya Plancarte. Mientras que por Saúl Solís Solís, la PGR ofrece 15 millones de pesos como recompensa.

La SIEDO anunció en agosto pasado recompensas de hasta 10 millones de pesos por Enrique Plancarte Solís, Ignacio Rentería Andrade El Cenizo (buscado por la DEA) y Samer José Servín Juárez (principal lavador de dinero y enlace con grupos en Estados Unidos).

El gobierno ofrece 5 millones de pesos por Juan Reza Sánchez, Alfonso Chávez Ruíz, Rigoberto Rentería Andrade y Anel Violeta Noriega Ríos, La Bonita, enlace con el cártel de Sinaloa.

Y hasta 3 millones de pesos por Nicandro Barrera Medrano El Nica; Santiago del Río Zamudio, Gregorio Abeja Linares, Pablo Magaña Serrato, Omar Tafolla Rodríguez, Genaro Orozco Flores, Jesús Tapia Sánchez, Jaime Bustos Cabrera, Eligio Hernández García, César Carrillo Tapia, Jovany Michel Rico y Heriberto Hernández Sánchez.

Otros miembros de La Familia considerados importantes, según las investigaciones de la SIEDO, son: Jesús Larios Sandoval, encargado de la zona de Tierra Caliente en Guerrero; otro sujeto identificado como El Chirris, ubicado como jefe de sicarios en la zona guerrerense de Petatlán.

Pese a que la dirigencia del cártel sigue operando, Luis Cárdenas Palomino, jefe de la División de Seguridad Regional de la PF, aseguró que el cártel de La Familia se encuentra completamente desarticulada el pasado 31 de diciembre, en el marco de una conferencia de prensa en la que se dio a conocer la detención de cinco integrantes de ese grupo criminal, y en particular de Francisco López Villanueva, El Bigotes, líder de una célula que operaba en las comunidades de Las Guacamayas y La Mira, Michoacán.