Viernes 31 de diciembre de 2010, p. 35
El dicho popular de que algo cuesta un riñón
se ha convertido en una realidad en Mississippi, donde una condenada a cadena perpetua está a punto de recibir la libertad, a cambio de donar este órgano a su hermana, también sentenciada de por vida, informan hoy medios estadunidenses.
El gobernador de Mississippi, Haley Barbour, ordenó la noche del miércoles la suspensión de la cadena perpetua de las hermanas Gladys y Jamie Scott, condenadas en 1994 a permanecer de por vida en prisión por el caso de robo armado por un total de 11 dólares, el cual organizaciones de derechos civiles han denunciado por año como condena excesiva.
Sin embargo, el perdón del gobernador Barbour tiene un condicionamiento: La liberación de Gladys Scott (la menor, de 36 años) está condicionado a que le done uno de sus riñones a su hermana
Jamie, de 38, estipuló Barbour en su orden de suspender las sentencias de las hermanas tras 16 años de prisión.
El gobernador Barbour citó en su decisión la opinión del Departamento de Correccionales de Mississippi, según el cual las hermanas Scott ya no suponen una amenaza para la sociedad
.
A ello se une el alto costo del tratamiento de diálisis al que se debe someter Jamie Scott, estimado en unos 200 mil dólares anuales, agregó.
Su encarcelación ya no es necesaria por motivos de seguridad pública o rehabilitación, y la condición médica de Jamie Scott crea un costo considerable al estado de Mississippi
, cuando su hermana se ha ofrecido a donarle uno de sus riñones
, argumentó Barbour.