oy, que el país debe disfrutar de su única   Noche de paz (si es que la delincuencia, organizada o no, lo permite), esta columna desea registrar algunas noticias para hacer que esta noche única se cumplan los deseos de quienes nos hacen la vida menos pesada, grata, a través de la televisión y la radio.

Y nada mejor que comenzar deseándole el mayor de los éxitos a Thalía, quien, según los despachos de las agencias de noticias más serias del planeta, acaba de vivir una experiencia mágica que la mantuvo con la piel erizada y lágrimas de principio a fin.  El motivo: unió su voz a la de  Elvis Presley en Love Me Tender, que hace parte de un disco del Cirque du Soleil titulado Viva Elvis, en el cual los artistas de dicha agrupación canadiense interpretan y reinventan, muy a su estilo, varias de las canciones de El Rey.

Thalía confesó que durante la grabación no había sentido una presencia tan poderosa, tan atómica. Como que los átomos se volvieron a transfigurar en ese momento mientras yo cantaba y sentía yo la presencia de Elvis. Agreguemos que la balada Love Me Tender la grabó el cantante en 1956, fue uno de sus mayores éxitos y sirvió de título a su primera película.

Sólo Thalía posee una voz digna de unirse a la de Elvis. Por eso, esta columna protesta por las sugerencias de algunos envidiosos que atribuyen el milagro a que la cantante es la esposa de quien dirige la compañía que produjo el disco mencionado.

En esta noche de paz y alegría también esta columna informa de otro gran acontecimiento artístico: el retorno de Lucía Méndez a la gran pantalla. Lo hará encarnando a una mujer que viaja a Estados Unidos en busca de su hija, quien fue robada por un sacerdote del pueblo donde vivía para prostituirla en una ciudad del sur de Texas. Ese es el tema central de Labios eléctricos. Lucía tomó la idea de un periódico en el que se denunciaba a un cura que se llevó varias jovencitas para prostituirlas.

Y como no es buena para hacer guiones, buscó a Enrique Rentería, que sí sabe hacerlo y debe su fama al que elaboró para Todo el poder. Escogió a Rentería porque le gustan sus escenas de acción, y esta película va a tener eso. Hay un pequeñísimo problema para hacer realidad Labios eléctricos: falta el productor que arriesgue sus ahorros en la reaparición de Lucía, luego de que hace 20 años filmara Los renglones torcidos de Dios.

Mientras aparece, el 14 de febrero próximo comienza presentaciones en las principales ciudades de México y el sur de Estados Unidos para promover su nuevo y atrevido cedé: Lucía Méndez canta a Juan Gabriel. Esta noche de paz deseamos que no tenga la misma suerte que Christian Castro (el hijo predilecto de la Vero), con el que grabó para homenajear a José José y que, extrañamente, se niegan a escuchar hasta los artilleros del H. Colegio Militar.