Saltillo, Coah., 21 de diciembre. Ante la triste situación por la que pasa la historia humana, obispos y sacerdotes deben identificarse con los humillados y dejar las complicidades con el poder, afirmó el obispo de Saltillo, Raúl Vera López.

Ello implica, dijo, no seguir dando escándalos por nuestras alianzas con el poder del mundo, actuando implícita y explícitamente como cómplices de él o protegiendo su imagen. Llamó a lograr que la Iglesia sea de las víctimas y a defender los derechos de los agraviados con toda libertad ante el Estado mexicano.

Al difundir su mensaje navideño, consideró que la historia de la activista Marisela Escobedo (asesinada el jueves pasado en la ciudad de Chihuahua) es un ejemplo de las miles de mujeres valientes que a diario suplican ayuda en las oficinas de gobierno para encontrar a familiares desaparecidos, y solamente encuentran puertas cerradas a la justicia, oprobio, humillaciones e incluso la muerte.

El prelado señaló: Como María, madre de Jesús, Marisela y miles de mujeres de nuestros tiempos nos interpelan y muestran el camino que conduce a la libertad, a la verdad, a la justicia, a la paz, al amor y al respeto entre nosotros.

Abundó: Además de las heridas por la violencia, nuestro pueblo padece lesiones por la injusticia, la corrupción, la negligencia y la impunidad, lo cual se traduce en más robos, secuestros, extorsiones, masacres de jóvenes, personas desaparecidas y secuestro de migrantes centroamericanos.

Denunció que, al carecer de documentos, miles de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños se ven obligadas a cruzar el país en completa clandestinidad y graves riesgos por corredores que el crimen organizado domina y administra con total impunidad, apoyado por funcionarios y agentes de seguridad pública de los tres niveles de gobierno.

Los riesgos y el destino de muchos indocumentados a su paso por México quedaron patentes a escala internacional con la masacre de los 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en agosto pasado, subrayó.