Washington, 21 de diciembre. Autoridades estadunidenses informaron este martes que requerirán a armerías de estados fronterizos que notifiquen ventas múltiples de armas largas, como medida para reducir el tráfico de arsenal que nutre al crimen organizado en México.

La norma obligaría a los distribuidores en Texas, Nuevo Mexico, Arizona y California a notificar ventas numerosas de ciertas armas largas a un mismo comprador, en lo que constituye un programa piloto que duraría un año, informó el director en funciones de la agencia que controla las armas de fuego (ATF, por sus siglas en inglés), Ken Melson.

Tomamos este paso como vía para obtener información de inteligencia que permita actuar a los cuerpos de seguridad; creemos que puede reducir el tráfico de armas en la fontera sur, dijo el funcionario.

Dicha norma debe recibir todavía el visto bueno de la oficina de presupuesto de la Casa Blanca, lo que se prevé que ocurra en enero próximo, dijo Melson, según una transcripción de un cable electrónico divulgado por la ATF.

El gobierno mexicano mantiene su exigencia a Estados Unidos de que colabore en controlar el tráfico de armas hacia México, donde han ocurrido más de 30 mil asesinatos en cuatro años, producto de la violencia de los cárteles de la droga; 80 por ciento del arsenal incautado a los criminales proviene de ese país, según México.

La directiva se circunscribirá a rifles semiautomáticos de calibre mayor a .22 y que tengan un cargador removible, frecuentemente usados en crímenes en México, indicó Melson.

La ATF aclaró que la aplicación de esta medida no contravendrá la Segunda Enmienda de la Constitución estadunidense, que garantiza poseer armas y es celosamente resguardada por poderosos grupos, como la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).

Estos informes darán a la ATF pistas en tiempo real para indagar el tráfico de armas y descubrir esquemas de traslado antes de que lleguen a México, agregó Melson.

Una reciente investigación del diario Washington Post reveló que los 12 principales proveedores de armas a los cárteles de la droga en México están ubicados en Texas, Arizona y California.