Pese a la vulnerabilidad en sus procedimientos y mecanismos de seguridad, evidenciados por el caso reciente de tres sobrecargos de Aeroméxico que trasladaron 140 kilogramos de cocaína en sus equipajes en un vuelo a Europa sin ser detectados en el país, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) dispuso para este año una reducción de casi 20 por ciento en el personal que vigila y supervisa los filtros de acceso, con la idea de ahorrar 180 millones de pesos en el periodo 2010-2011.

Además, desde hace varios meses se ha registrado una disminución en el personal del Instituto Nacional de Migración (INM) adscrito al aeropuerto capitalino, con vacantes que no son cubiertas, en la idea de una reestructuración a principios de año. Sin embargo, en este periodo vacacional decembrino se carga aún más el trabajo, y los tiempos de espera del viajero en estos filtros se incrementarán, reveló personal de esa delegación.

Unos 4 mil elementos custodian a 24.2 millones de pasajeros

Convertido en el principal aeropuerto del país y de América Latina por el número de pasajeros trasladados –24.2 millones– y por sus operaciones de aterrizaje y despegue –348 mil 306– en 2009 (para este año se espera algo similar), el AICM cuenta actualmente con 4 mil 350 elementos, entre policías y vigilantes, para cuidar ambulatorios, vialidades, revisar pasajeros y equipajes, salas de abordaje, plataformas y acceso a áreas operacionales, según datos de la dirección del aeropuerto capitalino.

En la terminal aérea confluyen múltiples corporaciones policiacas, pero las autoridades del AICM han optado principalmente por ceder la seguridad, considerada estratégica, a empresas privadas. Con mil 325 elementos de seguridad en este momentos, el Grupo Eulen, de origen español, tiene desde hace nueve años la concesión de brindar el servicio en el principal aeropuerto del país. El contrato más reciente, 2009-2011, se firmó por unos 350 millones de pesos; el anterior, también bianual, fue de 318 millones de pesos.

Otras de las compañías beneficiadas, ganadoras de las licitaciones, ha sido Serviseg, que con 528 elementos en ambas terminales tiene un contrato bianual de casi 60 millones de pesos, el cual concluye el próximo año.

De acuerdo con reportes de las mismas empresas de seguridad privada, al día realizan un promedio de 2 mil 600 revisiones a pasajeros, en el que aleatoriamente o siguiendo cierto patrón de conducta o apariencia, eligen al pasajero que será sometido a una revisión más exhaustiva. Las revisiones a estos pasajeros presuntamente sospechosos incluyen un chequeo minucioso al equipaje de mano, cacheo personal y uso de aparatos especiales para detectar explosivos en el cuerpo y pertenencias.

En promedio, sólo uno de cada 10 viajeros es sometido a esta inspección. El resto pasa por las bandas de rayos x y cruza el arco detector de metales para arribar a las salas de última espera.

Con la aplicación de nuevas medidas de seguridad en todos los vuelos, relacionadas con el paso restringido de líquidos, geles, esprays y medicinas, el aeropuerto solicitó ya a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes un aumento en el presupuesto de 60 millones de pesos para la adquisición de nuevo equipo de rayos x, que facilitará la detección de artículos potencialmente peligrosos y cumplir con ello las exigencias de autoridades internacionales en materia aeronáutica.

La reducción del personal de vigilancia en las zonas de acceso a las salas de abordaje se dio a principios de año, tras declararse desierta una licitación para elegir al personal asignado a los filtros. Con algunos ajustes autoridades del AICM otorgaron bajo adjudicación directa el contrato a la empresa Eulen, por un monto de 45 millones de pesos.

Los ajustes propuestos por la terminal aérea eran para evitar la excesiva rotación de personal en esa área estratégica con un aumento de salario; horarios más flexibles, que dieran tiempo para la capacitación, y contratación de personal que supervisara a los elementos operadores del filtro, que son los mismos que dejaron pasar, sin ninguna alerta o revisión especial, a los sobrecargos de Aeroméxico.

Esta reorganización de los elementos se dio durante el pasado semestre, pero el reajuste fue de unos 300 elementos. Así, la empresa de seguridad privada Eulen está a cargo de las tareas de vigilancias en prácticamente todas las áreas del aeropuerto, incluyendo el ingreso a zonas estériles (salas de abordaje).