Fundación INBA será una extensión del instituto, reconoció el presidente de la asociación
La inversión se concentrará en becas, apoyo a maestros y compra de equipos e instrumentos, informó
Se prevé que para el próximo ciclo escolar se comiencen a otorgar patrocinios
Lunes 20 de diciembre de 2010, p. 6
Los recursos de la iniciativa privada (IP) para apoyar la labor del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) llegan tarde
, pero ya están en curso, señala el empresario y coleccionista Sergio Autrey, presidente de la recién constituida Fundación INBA.
En entrevista con La Jornada, quien también encabeza la editorial Raíces (que edita las revistas Arqueología Mexicana y Relatos e Historias de México, entre otras), explica que durante algún tiempo se rehusó a participar en esa iniciativa, cuya misión principal es potenciar el alcance de los diversos programas del INBA para la educación y formación artística
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Fue la actual directora del instituto, Teresa Vicencio, quien, tras ardua insistencia, lo convenció. En octubre se firmó el acta constitutiva, en una ceremonia realizada en el Conservatorio Nacional de Música, presidida por el secretario de Educación, Alonso Lujambio.
Autrey, también presidente del consejo directivo del fmx-Festival de México e impulsor del patronato del Museo Nacional de Arte (Munal), explica que se había rehusado a conformar una fundación para dotar de recursos privados al INBA, “pero con el tiempo uno toma conciencia al entender que Bellas Artes es más que el palacio o que los museos, y que detrás están los bachilleres, las escuelas, los centros de investigación.
A veces la sociedad civil no se da cuenta, pero por ahí pasan los creadores, los artistas del futuro. Esta fundación estará detrás de ellos, esa es la apuesta a la que uno, como mexicano, no se puede rehusar
, argumenta el empresario.
El 15 de noviembre pasado, los ex secretarios generales del sindicato del INBA (D-III-22 sección XI del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) Saúl Salomón Muñoz, Alejandro Flores Campos y Manuel Muñoz Gómez, en una carta dirigida a la Cámara de Diputados, señalaron que la Fundación INBA fomentaba el ingreso de la iniciativa privada, disfrazada de sociedad civil, a las funciones sustantivas consignadas en la ley que da origen al INBA y de las cuales la propia Secretaría de Educación Pública debería ser garante de su puntual cumplimiento
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En la misiva argumentaban que la directora general del INBA “quiere que la IP le ayude a resolver los problemas de la institución a la que ella no ha sabido dar rumbo. Sin duda, al INBA le hace falta presupuesto, y más si hacen gastos exorbitantes, como sucedió en la restauración de la sala principal del Palacio de Bellas Artes, cuyo costo superó en varios millones de pesos el presupuesto original. Teresa Vicencio decidió pagar parte de los trabajos de restauración a terceros, desplazando a personal especializado del INBA.
Con el antecedente de patronatos como el del Museo Nacional, que ha convertido al recinto en salón de fiestas; el Auditorio Nacional, puesto a disposición de las televisoras, y hoy la Fundación INBA, ¿qué sigue? ¿El Teletón desde el Palacio de Bellas Artes? Privatizar no es el camino.
Al respecto, Teresa Vicencio señaló a La Jornada el 16 de noviembre que no hay nada qué temer, el lanzamiento de la fundación fue muy claro: es una institución que será coadyuvante de acuerdo con lo que expresan sus integrantes, en las tareas educativas. Se han planteado tareas tales como otorgar becas y ayudar al instituto en la compra de instrumentos
.
–¿Se creó la fundación porque al INBA le hace falta presupuesto? –se cuestionó a la funcionaria.
–El INBA tiene su presupuesto para ejercer sus metas. La fundación es una instancia coadyuvante para la educación artística, porque siempre le hará falta una beca a un alumno, siempre le hará falta una mejora a una escuela.
–¿Se trata de tapar baches?
–Absolutamente no, y eso lo establecen los estatutos de la fundación y la intención de quienes la hicieron.
Rubros claros
Autrey explica que la Fundación INBA será una extensión
del instituto, definiéndonos en tres rubros muy específicos respecto de la inversión de los fondos recaudados: becas para estudios tanto en el país como en el extranjero, apoyos a maestros para talleres o actualizaciones, y compra de instrumentos o equipo para que las escuelas del INBA tengan mejor infraestructura. Esa es nuestra primera gran misión
.
Entre los miembros fundadores (que para ser parte de esa asociación privada tuvieron, antes que nada, que aportar una buena suma de dinero), Autrey menciona al ex procurador General de la República Antonio Lozano Gracia, quien no por ser político no sabe de cultura, al contrario, es egresado del Conservatorio Nacional de Música, conoce la escuela; otro integrante de la fundación es Manuel Antonio Vargas, director general de Pianos Petrof-México; Francisco Rubio Cárdenas, empresario de Baja California, a quien requerimos porque pensamos que muchas de las becas deben ir a los estados; al igual que a Liliana Melo de Sada, de Monterrey, y a Katina de la Vega Grajales, de Chiapas. Buscaremos otros participantes en los estados. Seremos más. Hablando con ellos se entusiasman, todos estamos muy motivados
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En estos días, añadió, se definen las primeras metas de la fundación, pues se analizará con qué centros educativos ya cuenta con convenios el INBA, para saber si debemos mandar a los estudiantes a Holanda e ir por esos dineros en específico
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Uno de los sueños de Autrey es conseguir recursos para que jóvenes mexicanos tengan oportunidad de estar becados en la Juilliard School, de Nueva York, el famoso conservatorio de artes escénicas, cuyo año escolar cuesta 50 mil dólares: “Nos sentimos confiados en que vamos a conseguir patrocinios para este tipo de becas, porque se trata de instituciones con gran prestigio a escala mundial; para entrar a Juilliard la persona tiene que ser talentosísima. Queremos que los jóvenes con talento no tengan el problema de que por dinero dejen de ir a ese tipo de escuelas.
“Pero también que los estados manden a su mejor gente al Conservatorio Nacional de Música de la ciudad de México, a las escuelas de danza. Tenemos que ver que esos grandes talentos de las entidades del país sean encauzados a las grandes escuelas del INBA, que vengan.
Queremos dar las becas para que no haya deserción, porque los porcentajes son altísimos, duele mucho saberlo, se está quedando mucho talento en el camino. En cuanto a los apoyos a los maestros será igual, primero veremos qué convenios existen para partir de ahí.
–Existe temor entre artistas y trabajadores del INBA de que con la fundación se está privatizando la cultura, ¿qué opina?
–Nos estamos sumando a Bellas Artes, más que otra cosa. Si se ven nuestros estatutos, son limitativos, claros y definidos en el sentido de que tenemos que aportar. Por eso debemos conocer las prioridades, para apoyar. Pero no venimos a cambiar metodologías de enseñanza.
“Seremos transparentes en los recursos. Llegará dinero etiquetado que dirá esto es para la beca de sutanito para tal escuela. Nuestro compromiso es a largo plazo, porque si se va a enviar a un estudiante al extranjero a lo mejor no es sólo un año, sino cuatro o cinco.
Este tipo de fundaciones ayudan, porque a veces hacen convenios con estados o gobiernos extranjeros donde hay dinero de por medio que no pueden otorgar directamente al instancias como el INBA, entonces recibimos ese dinero y lo entregamos al instituto. Todo eso lo haremos de la manera más clara.
–¿Cuándo veremos a la Fundación INBA otorgando becas?
–Queremos estar listos para el próximo ciclo escolar, tener varias. Ojalá podamos llegar a decir que todo aquel que sea aceptado en una escuela en Rotterdam (Holanda) va a ir y va a tener el dinero para vivir. Si conseguimos eso lo antes posible siginificará que empezamos a tener éxito con esta iniciativa. Tenemos que trabajar mucho.
Estamos en etapa de definición, pero sabemos qué queremos. Hay muchas cosas que tenemos que aprender, como conocer más todas las escuelas del INBA, ver necesidades futuras. Esperamos éxitos rápidos, porque llegamos tarde; muchas veces se habló de esto, pero que no pase otro sexenio
, concluyó Autrey.