Lo que Cancún desestimó:
Declaración
de los pueblos
Como una referencia para entender el problema del calentamiento global desde la perspectiva de la sociedad, transcribimos aquí algunos fragmentos de la Declaración de los Pueblos, surgida de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, el 22 de abril de 2010, en Cochabamba, Bolivia. Esa declaración destaca en su primer planteamiento que “Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro”.
Daños al campo y a los indígenas
El cambio climático ya está produciendo profundos impactos
sobre la agricultura y los modos de vida de los
pueblos indígenas/originarios y campesinos del mundo
y estos impactos se irán agravando en el futuro.
El agro negocio, por medio de su modelo social, económico
y cultural de producción capitalista globalizada
y su lógica de producción de alimentos para
el mercado y no para cumplir con el derecho a la
alimentación, es una de las causas principales del
cambio climático. Sus herramientas tecnológicas,
comerciales y políticas no hacen más que profundizar
la crisis climática e incrementar el hambre en el
planeta. Por esta razón rechazamos los tratados de
libre comercio y acuerdos de asociación y toda forma
de aplicación de los derechos de propiedad intelectual
sobre la vida, los paquetes tecnológicos actuales
(agroquímicos, transgénicos) y aquellos que se ofrecen
como falsas soluciones (agrocombustibles, geoingeniería,
nanotecnología, tecnología terminator y
similares) que únicamente agudizarán la crisis actual.
Condenamos los mecanismos de mercado, como el
mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la
deforestación y degradación de bosques) y sus versiones
+ y ++, que está violando la soberanía de los
pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo
e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales,
y viola los derechos, usos y costumbres de
los pueblos y los derechos de la naturaleza.
Demandamos la plena y efectiva aplicación del derecho
a la consulta, la participación y el consentimiento
previo, libre e informado de los pueblos indígenas
en todos los procesos de negociación así como en el
diseño e implementación de las medidas relativas al
cambio climático.
El mercado de carbono se ha transformado en un negocio
lucrativo, mercantilizando nuestra Madre Tierra,
esto no representa una alternativa para afrontar
el cambio climático, puesto que saquea, devasta la
tierra, el agua e incluso la vida misma. |
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La mercantilización de la naturaleza
Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados
“más desarrollados”, en complicidad con
un segmento de la comunidad científica, nos ponen a
discutir el cambio climático como un problema reducido
a la elevación de la temperatura sin cuestionar
la causa, que es el sistema capitalista.
Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio
patriarcal basado en el sometimiento y destrucción
de seres humanos y naturaleza que se aceleró
con la revolución industrial.
El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de
competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este
régimen de producción y consumo busca la ganancia
sin límites, separando al ser humano de la naturaleza,
estableciendo una lógica de dominación sobre
ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra,
el genoma humano, las culturas ancestrales, la
biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los
pueblos, la muerte y la vida misma.
Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en
fuente sólo de materias primas y los seres humanos
en medios de producción y consumidores, en personas
que valen por lo que tienen y no por lo que son. |
Derechos de la tierra
Proponemos el proyecto de Declaración Universal de
Derechos de la Madre Tierra en el cual se consignan:
Derecho a la vida y a existir;
• Derecho a ser respetada;
• Derecho a la continuación de sus ciclos y procesos
vitales libre de alteraciones humanas;
• Derecho a mantener su identidad e integridad
como seres diferenciados, auto-regulados e interrelacionados;
• Derecho al agua como fuente de vida;
• Derecho al aire limpio;
• Derecho a la salud integral;
• Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos;
• Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.
• Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades
humanas. |
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La alternativa
La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación
y la muerte, o emprender el camino de la armonía
con la naturaleza y el respeto a la vida.
Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación,
revalorización y fortalecimiento de los conocimientos,
sabidurías y prácticas ancestrales de los pueblos
indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de
Vivir Bien, reconociendo a la Madre Tierra como un
ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible,
interdependiente, complementaria y espiritual. |
Resarcir los daños
Es necesario construir un fondo de adaptación, como
un fondo exclusivo para enfrentar el cambio climático como parte de un mecanismo financiero manejado
y conducido de manera soberana, transparente y
equitativa por nuestros Estados.
Bajo este fondo se deben valorar los impactos y sus
costos en países en desarrollo y las necesidades que
estos impactos deriven, y registrar y monitorear el
apoyo por parte de países desarrollados. Éste debe
manejar además un mecanismo para el resarcimiento
por daños por impactos ocurridos y futuros, por
pérdida de oportunidades y la reposición por eventos
climáticos extremos y graduales, y costos adicionales
que podrían presentarse si nuestro planeta
sobrepasa los umbrales ecológicos así como aquellos
impactos que están frenando el derecho a Vivir Bien. |
Asumir los costos
Los países desarrollados, principales causantes del
cambio climático, asumiendo su responsabilidad histórica
y actual, deben reconocer y honrar su deuda climática en todas sus dimensiones, como base para una
solución justa, efectiva y científica al cambio climático.
Asuman los costos y las necesidades de transferencia
de tecnología de los países en desarrollo por la pérdida
de oportunidades de desarrollo por vivir en un
espacio atmosférico restringido.
Se hagan responsables por los cientos de millones
que tendrán que migrar por el cambio climático que
han provocado y que eliminen sus políticas restrictivas de migración y ofrezcan a los migrantes una vida
digna y con todos los derechos en sus países.
Los pueblos tenemos los mismos derechos de protección
ante los impactos del cambio climático y rechazamos
la noción de adaptación al cambio climático entendida como la resignación a los impactos
provocados por las emisiones históricas de los países
desarrollados, quienes deben adaptar sus estilos de
vida y de consumo ante esta emergencia planetaria. |
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