Presentaron el libro de Isaura Corlay que narra la vida de la coreógrafa de origen francés
La investigadora reivindica a la forjadora de la primera generación de bailarines clásicos en México
Reconstruye parte del misterio y abandono de quien luchó por profesionalizar la danza
Sábado 18 de diciembre de 2010, p. 3
Miseria, guerras, sufrimiento y abandono envuelven la misteriosa vida de la bailarina, coreógrafa y profesora de ballet de origen francés Nelsy Dambre, quien renunció a su pasado y a la relación de su hijo Fredo Cussignot para convertirse en un ratoncito de teatro con zapatillas para bailar
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El libro Nelsy Dambre: los años en Francia (1903-1937), de Isaura Corlay, sobre la vida de la coreógrafa que formó a la primera generación de bailarines clásicos del país, se presentó antenoche en el Centro Nacional de las Artes con comentarios de Margarita Tortajada y Sylvia Ramírez.
Isaura Corlay reconstruye parte de la vida de Dambre a partir de 11 cartas y 240 fotografías que revelan la fortaleza de una mujer por alcanzar su sueño: ser ballerina, así como su intensa lucha por la profesionalización de la danza.
El gran secreto en la vida de madame Dambre es su familia. Después de una ardua investigación de dos años, Corlay descubre que el verdadero nombre de la bailarina es Marguerite Cussignot, quien nació en 1903 en la ciudad de Besaçon, al este de Francia, y no en 1908 en Ginebra, como ella había asegurado a la prensa mexicana.
La vida de Dambre estuvo llena de privaciones y miserias. Sus padres Louise-Josephine Brie y Leo-Marius Cussignot, quienes en esa época no podían hacerse cargo de ella y sus tres hermanos, tomaron la decisión de darlos en adopción y cada hijo tuvo una suerte distinta.
A diferencia de sus hermanos que mantenían una relación cercana, Nelsy se convirtió en la desconocida de la familia al ser adoptada por Marie-Thérèse, una cantante de ópera cuyo nombre artístico era Raymonde Dambre, que la llevó a vivir a su casa de Rosny Sous-Bois.
Las cartas e imágenes pertenecientes a Nellie Happee permitieron a Corlay hurga en el pasado de la bailarina francesa. Como en un juego de rompecabezas, los nombres, fechas y ciudades que incluían las misivas dieron forma al árbol genealógico de Nelsy.
Versión mexicana
En México, conocemos una versión distinta de la familia de la coreógrafa. En una entrevista en noviembre de 1947, señalaba: “Mi madre fue cantante de ópera. Yo nací de hecho en un teatro en Ginebra, pero me registraron en Besanzón, Francia (...) Soy un ratoncito de teatro, pues desde pequeña anduve de aquí para allá, quería zapatillas para bailar. Ser ballerina fue el sueño de toda mi vida. Y lo fui”.
En 1949 Nelsy recibió dos cartas enviadas por su cuñada Juliette y su hermana mayor Jeanne, quienes le notificaban la muerte de sus padres en medio de la miseria. Los Cussignot era una familia de desconocidos que vivían de recuerdos. El rencuentro entre los hermanos era un sueño porque no tenían los recursos suficientes para realizar un viaje.
El único recuerdo que tenían los parientes de Margarite (Nelsy Dambre) fue la visita que realizó a su hermano en Besanzón. Llevaba puestas unas mallas de seda color carne, esta imagen fue un suceso para el ambiente rural de la comunidad y permaneció en la memoria de sus sobrinos.
El relato de la investigadora del Centro Nacional de Documentación e Información de Danza José Limón sobre la vida de la bailarina en París continua con la imagen de una postal en la que aparece una niña vestida con túnica y con el texto: Theo Dambre, alumna de la Ópera de París
, lo que confirmaba su ingreso en la escuela de danza.
La autora explicó que uno de los apelativos de Margarite había sido Theo, como la llamaba su amiga Andrée en una carta.
Preocupación por la técnica
Después de realizar varias consultas en los Archivos Nacionales para averiguar más información de la presencia de Nelsy en la Ópera de París, Corday encontró un documento muy valioso: el expediente de multas infligidas a los artistas de la danza de 1917 a 1937, en el que aparecía en varias ocasiones el nombre de Dambre.
La figura de la maestra de ballet, que siempre mostró preocupación por la técnica, contrastó con la imagen de la joven rebelde multada en 1919 por estar mal vestida en una presentación; haberle faltado el respeto a uno de los jefes del servicio; hacer ruido durante una escena o por negligencia en el vestuario y el maquillaje.
Existen diferentes versiones de lo que sucedió con la trayectoria artística de la bailarina, se desconoce si fue despedida a raíz del conflicto laboral en la Ópera de París entre 1920 y 1922, y en cuáles compañías participó antes de bailar en la Ópera de Lyon.
Otra fotografía conduciría la investigación a la ciudad de Argel, fecha el 29 de octubre de 1926, diario matutino Echo d’Argel, sección artistas de la danza, ahí figuró el nombre de Nelsy como primera bailarina noble de la Ópera de París.
Argel fue muy importante en la vida de la bailarina, ya que en el álbum de fotos que guiaron la investigación había varias imágenes de esta ciudad, así como cartas de amor enviadas por un misterioso hombre que firmaba con una F.
Existe poca información de esta relación y se desconoce qué motivos impidieron a Nelsy y F unirse de manera definitiva. La vida que eligió la coreógrafa la alejó del amor, que según la investigación de Isaura Corlay, se trataba de Fred, el padre de su hijo Fredo, quien nació en 1926 y estuvo al cuidado de Marie-Thérèse, cuando decidió viajar a México.
De 1929 a 1935, Nelsy continuó con su vida itinerante de bailarina por diversas ciudades: Dijon, Argel, Marruecos, Niza, Marsella y Burdeos, entre otras. En 1937 madame llegó a México con el Ballet Parisien y finalmente decidió quedarse a vivir aquí, lo que representó un distanciamiento de Fredo, quien le escribió esporádicamente.
Hasta la fecha, el paradero del hijo de Dambre es un misterio, sólo se tiene la referencia de que vivió con ella en México en 1947 o 1948. Nunca habría creído que se pudiera querer verdaderamente a la mamá cuando se está separado de ella. Frecuentemente nuestra separación me pesa (...) Extraño solamente la felicidad perdida
, escribió Fredo en 1945.
El libro de Corlay, que entrelaza la vida de Dambre con acontecimientos históricos y el desarrollo del ballet francés, fue coeditado por el CNCA, el INBA y el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información (Cenidi) de la Danza José Limón.
Nelsy Dambre fue profesora de Nellie Happee, Felipe Segura y Gloria Contreras, quien abrió el Taller Coreográfico de la UNAM; de Josefina Lavalle, creadora del Ballet Nacional de México, y de Amalia Hernández, quien fundó el Ballet Folclórico que lleva su nombre.