Martes 14 de diciembre de 2010, p. 39
La Paz, 12 de diciembre. Bolivia presentará una demanda ante el Tribunal Internacional de La Haya en contra del documento final de la conferencia de cambio climático de Cancún, anunció hoy Pablo Solón, embajador boliviano ante Naciones Unidas.
El embajador Pablo Solón explicó, a través de la estatal Bolivia Tv, que ante el fracaso de la propuesta de su país en Cancún, se optó por presentar una demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, porque 193 países aprobaron un pacto que frena en forma insuficiente la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Serán los pueblos y la ciencia los que juzguen el impacto que va a tener este documento para calentar mucho más al planeta
, dijo Solón también a la emisora estatal Patria Nueva.
Bolivia fue la única nación que insistió en Cancún que el documento final es insuficiente para combatir el cambio climático.
Aunque Bolivia terminó aislada en la cumbre climática de Cancún, igual que en Copenhague en 2009, el presidente Evo Morales prometió que seguirá luchando, por ahora solo, para vivir en armonía con la Madre Tierra
.
Si bien en Cancún, al igual que en Copenhague, nos marginan y no toman en cuenta nuestras propuestas en defensa de la vida, seguiremos solos en la lucha junto al pueblo de Bolivia
, dijo Morales el sábado en concentración pública en el poblado cochabambino de Sacabamba, en el centro de Bolivia.
La temperatura del ser humano es 37 grados, si sube a 40 grados ya se presenta la fiebre, si sube más se producen convulsiones. El planeta tierra es lo mismo: si sube la temperatura en exceso provoca daños a la vida del planeta y de la humanidad
, agregó.
Bolivia organizó en abril, en el municipio de Tiquipaya, la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y la Defensa de la Tierra, con la participación de 35 mil representantes de gobiernos, organizaciones internacionales y movimientos sociales.
Uno de los objetivos de la delegación boliviana era obtener en Cancún acuerdos para estabilizar el calentamiento del planeta en un grado centígrado como máximo, mientras las grandes potencias se inclinan en fijarlo en dos grados.