Lunes 6 de diciembre de 2010, p. 49
La Reducción de emisiones para la reforestación y degradación (REDD), propuesta que se impulsa en la reunión oficial sobre cambio climático (COP 16), es una farsa
, representa la venta de la naturaleza y el desplazamiento de las comunidades indígenas y campesinas, afirmaron en diversos idiomas y lenguas nativas los representantes de cientos de comunidades de América, Asia y Europa, reunidos en el deportivo Jacinto Canek, bajo las banderas multicolores de sus países y organizaciones, integradas en Vía Campesina.
Expresaron la determinación de luchar unidos en un ritual indígena de saludo a la naturaleza, al inicio de la marcha que realizaron desde el deportivo donde instalaron su campamento hasta el kilómetro cero –vía para dirigirse a la zona hotelera–, donde en abril de 2003 el campesino coreano Lee Kyung Hae se suicidó.
Desde temprano desplegaron mantas, carteles y dibujos en la explanada y rejas del deportivo, en las que exigen que se tomen en cuenta los acuerdos de la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, mejor conocida como cumbre de Cochabamba, Bolivia. Y en un pequeño cartel apuntaron: El hombre no teje la red de la vida, es sólo un hilo; cualquier cosa que haga repercutirá en sí mismo
.
Alberto Gómez Flores y el hondureño Rafael Alegría, representantes internacionales de Vía Campesina, hablaron de la falta de sensibilidad de los delegados reunidos en la COP 16 y expresaron su rechazo al acuerdo de la REDD y que en ella se incluya a la agricultura. Los gobernantes deben entender que los pequeños y medianos agricultores son quienes realmente contribuyen al enfriamiento de la Tierra.
En la marcha, encabezada por integrantes de Vía Campesina, y entre consignas en español, inglés y francés, algunos hablan de las resistencias de sus pueblos. Los haitianos mencionaron su exigencia de que los militares de Estados Unidos y los cascos azules de la ONU salgan de su territorio. Somos un pueblo que ganó su independencia a Francia y ahora, desde el terremoto, regresaron los militares. Queremos que se vayan. Sí, es un país vulnerable, los huracanes cada año causan destrucción y ahora hay cólera, que ha provocado la muerte de más de 15 mil personas y que 100 mil más estén en los hospitales.
Ester Misa, de San Juan Comalapa, Guatemala, menciona que los habitantes de su pueblo y de otras comunidades aledañas luchan por detener la explotación de los bosques y la privatización del agua. En San Juan Zacatepuya la lucha es para evitar que una cementera continúe con sus actividades, ya que, además de gastar más de 300 litros diarios de agua, los polvos por la producción del cemento dañan los cultivos de las flores, fuente de ingresos de las familias campesinas.
“Es una lucha difícil porque llegan las empresas y nos ciegan con sus ofertas de salario diario –el cual no hay en esas regiones–, de centros de salud y escuelas. Pero hemos visto que se trata de una estrategia de los grandes corporativos para hacer lo que quieren; destruyen la naturaleza y la cultura campesina.”
La resistencia, encabezada fundamentalmente por las mujeres, es también en contra de la siembra de maíz transgénico. El gobierno o grupos de ayuda llegan y entregan semilla que nos dicen que es muy buena, que sirve para tener dos y tres cultivos, cuando los cultivos tradicionales son de una sola vez al año. Ahora, varios nos estamos dando cuenta de que sembrando con nuestras semillas podemos comer y también vender, tenemos que defender nuestra riqueza cultural y alimentaria.
Por la tarde, Nemesia Achacollo, ministra de Desarrollo Rural y Tierras del gobierno de Bolivia, habló de los compromisos de Cochabamba y pidió a los reunidos en el deportivo que se sumen a la alianza estratégica mundial con los movimientos sociales que está llevando a cabo el gobierno encabezado por Evo Morales.