Cancún, Q Roo. 5 de diciembre. En medio de un caudal de buenos deseos para alcanzar acuerdos en la cumbre, la única certeza es que al final de este cónclave se realizará un homenaje a las víctimas de las alteraciones ambientales que aquejan al planeta.

Homenaje para millones de muertos y damnificados por inundaciones, deslaves, lluvias pero también sequías y hambrunas, en un contexto en el que la mayoría de los países ha gastado cantidades extraordinarias –casi siempre por encima de su capacidad– para atender los efectos del cambio climático.

Sentémonos a trabajar, especialmente con quienes tenemos más diferencias. No tenemos otra alternativa para resolver los problemas, clamó en su participación del encuentro informal de este domingo la delegación de Venezuela, actualmente en situación de emergencia nacional por las lluvias que han azotado la capital y diversas regiones con saldo de 34 muertos y 73 mil damnificados, por lo cual el presidente venezolano Hugo Chávez no asistirá a Cancún.

Una situación similar enfrenta Colombia, donde, según información difundida por la prensa de esa nación, su presidente Juan Manuel Santos podría cancelar su visita a Cancún, programada para este martes. La situación en Colombia es tan crítica que Santos evalúa decretar estado de excepción en las zonas afectadas. Lo peor, advirtió, es que la capacidad económica de su gobierno ha sido rebasada para atender los efectos del desbordamiento del Canal de Dique, en una ola invernal sin precedentes que ha dejado más de 2 millones de damnificados.

En la plenaria informal realizada en el salón Ceiba, del resort Moon Palace, ubicado en el corredor de hoteles de la Riviera Maya, la mayoría de los oradores manifestaron su solidaridad a Colombia y Venezuela.

Emitieron alertas apenas recibieron el borrador de trabajo en el que delinearán el futuro del Protocolo de Kyoto, único mecanismo global que existe contra el cambio climático y que expira en diciembre de 2012, por lo que ya no hay tiempo para la reflexión entre quienes deben adoptar acciones inmediatas.

La delegación de Venezuela insistió que en esta convención se tiene una responsabilidad histórica.

Todos tenemos intereses nacionales divergentes pero tenemos algo en común: nuestros ciudadanos, nuestros pueblos que esperan que hagamos nuestro trabajo; la humanidad del planeta está en este cuarto, si fracasamos será por falta de imaginación. Al doble reto se suma otro: tendremos que decir a nuestros hijos que fuimos por el camino fácil de firmar un documento de procedimiento. La historia nos juzgará.