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El panameño se presentó el viernes en el Salón Vive Cuervo

Con la orquesta de Roberto Delgado, Blades revivió éxitos de otros tiempos
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Ataviado totalmente de negro, el cantautor panameño interpretó canciones de épocas con Ray Barreto, Son del Solar y Willie ColónFoto Diego Bravo
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de diciembre de 2010, p. a10

Era la segunda vez que Rubén Blades cantaba con la orquesta de Roberto Delgado. En los camerinos del Salón Vive Cuervo se notaba cierto nerviosismo entre los integrantes de la agrupación que acompañaría al cantante y compositor panameño.

Según cuentan, la anterior ocasión, en Toluca, el joven director de la orquesta no había quedado satisfecho con la afinación, por lo que hubo de hacer ajustes, hasta que quedara más o menos a gusto.

Cierta tensión y nerviosismo se podían percibir tras bambalinas la noche del viernes 3 de diciembre. Algunos músicos trataban de controlar la impaciencia afinando sus instrumentos o calentando con ejercicios sencillos. Otros, fumaban en los pasillos, se entretenían con los teléfonos celulares o haciendo bromas. De repente, alguien llamó la atención: ¡Vamos, adelante! Tenemos un gran artista, un gran público y una gran noche. Demostremos quiénes somos.

Comienza la acción

En la tarima se escuchó la presentación: ¡De Panamá!, Rubén Blades con la orquesta de Roberto Delgado!

Una enorme ovación opacó las primeras notas de Vale más un guaguancó, del inmenso Tite Curet Alonso. Blades, totalmente de negro, como acostumbra, saludó levantando ligeramente el sombrero y entonando: “Es cuestión de analizar, mi querido amigo…”

Así se inició un intenso periplo por su historia musical, en el que invirtió tres horas, destacando grabaciones realizadas en un inicio con Ray Barreto (El Cazanguero), Willie Colón (Plantación adentro, Juan pachanga, Tiburón, Plástico, Maestra vida, Buscando guayaba y Pedro Navaja, entre otras) Seis del solar (Decisiones, Todos vuelven, Caina, Muévete, El padre Antonio y El monaguillo André), así como con Son del solar (Amor y control, Patria…).

Feliz por estar de nuevo en la ciudad de México, Blades halagó varias veces al público local y festejó el sueño hecho realidad de cantar con una orquesta de músicos panameños y –como nos dijo– hacer una gira internacional con ellos”. Es muy cómodo haber encontrado una orquesta en mi país que pueda acomodarse a mi repertorio”, expresó ante cerca de dos mil asistentes.

Roberto Delgado, quien se encontraba en un extremo del escenario se sentía cómplice y felíz. Y no era para menos. Después de haber trabajado afanosamente en los arreglos musicales de temas que Blades hacía tiempo que no cantaba, había logrado que estos se escucharan como quedó registrado en las grabaciones originales, con la orquesta de Barreto, Seis y Son del Solar; el sonido similar al de Willie Colón costó a él y a sus compañeros muchísimas horas de ensayo.

El trabajo fue arduo, nos dijo Delgado. “Mi orquesta tenía un formato estándar y para lograr la sonoridad que requería el repertorio de canciones de Blades –que abarcan diferentes épocas y formatos orquestales y sonoridades–, tuvimos que incorporar, por ejemplo, la batería y el teclado, para darle el toque de Seis del Solar; los tres trombones para el repertorio de Willie Colón y también las dos trompetas para el soneo cubano.

Creo que logramos el cometido. Blades se ha mostrado satisfecho y ahora ustedes son nuestros mejores sinodales, dijo el arreglista, quien afirma que compenetrarse, tocar y arreglar la música de Blades es algo muy grande para su carrera de músico profesional.

Ahora, entre sus planes está trabajar en los temas nuevos de Blades, por lo que ha comenzado a mejorar los criterios que el autor vertió en el álbum Cantares del subdesarrollo, a cuyos temas le hace nuevos arreglos, como en el caso de La calle que el maestro panameño entonó en el Salón Vive Cuervo para el regocijo del público.

Respecto de la eficacia de la orquesta en concierto –pese al sonido local–, que habitualmente parece el de una murga, la banda de Delgado se escuchó solvente y afincada. Como ya dijimos, su sonido se ajustó a los cánones de una discografía histórica que un salsero fiel tiene registrada en su memoria.

Fue un concierto que vindicó la consistencia musical del maestro Juan Berna al piano, la destreza de Wichy López a la primera trompeta, a Enrique Becerra a la batería, y a Marcos Barraza a la percusión y los coros. En fin, toda la orquesta es un verdadero trabuco, como se había dicho.

Por su parte, el maese Blades precisó en cada ejecución su compromiso por cautivar al público y al ritmo de cada pieza dejó claro que sus canciones son atemporales, soportan el paso del tiempo e incluso resisten ser reiventadas por él mismo y su alter ego, Medoro Madera.